«Cristiano Ronaldo es una bestia, un delantero total»
Delanteros de diferentes épocas analizan cómo el portugués se ha convertido ya en el máximo goleador de la historia
esde el pasado domingo, Ronaldo es el máximo goleador histórico tras igualar a Josef Bican –delantero austro-checo de principios del siglo pasado– al que atribuyen también 759 goles a lo largo de su carrera. En el caso del portugués, han pasado 18 años largos, 6.670 días para ser exactos, desde que marcó su primer gol como profesional con el Sporting de Lisboa hasta el último (por ahora) conseguido con la Juventus ante el Sassuolo. Con ese tanto logrado en el último suspiro del encuentro, Cristiano Ronaldo se convirtió en el jugador que más goles ha marcado en la historia del fútbol. 759 tantos en 1.037 partidos. Uno cada 122 minutos. Alrededor de 42 por cada una de las temporadas que ha jugado como profesional desde que debutó con el Sporting de Portugal en 2002. Registros que le sitúan en el olimpo del fútbol mundial.
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Debates aparte, pues hay muchos que consideran que Pelé anotó muchos más de los 757 que le otorgan los expertos, lo cierto es que este hito consagra al portugués como uno de los grandes jugadores de siempre. Leyenda superlativa que se ha forjado en cuatro países diferentes, demostrando su valía en cada uno de ellos. De su Portugal natal, a la Serie A italiana, pasando por la Premier League y LaLiga española. Escenarios tan diferentes que dibujan por sí solos la grandeza del jugador luso, que amenaza con alargar su dominio goleador en el tiempo, pues a sus 34 años el final de su carrera se ve aún lejano.
La carrera de Cristiano Ronaldo ha estado siempre unida a dos sentimientos. La nostalgia que sienten los aficionados del club que abandona y la devoción que le dedican los seguidores del equipo al que llega. A esos dos se podría unir el de la admiración generalizada que despierta su valía sobre el campo, pues más allá de rencores 15 25 34 35 30 48 60 63 69 61 57 propios de la competición nadie duda de que el luso es el gran goleador del siglo XXI. «Ronaldo es un fuera de serie. Es uno de los mejores goleadores de todos los tiempos. Una bestia. Es un jugador muy completo en todos los aspectos. Un delantero total. Va bien de cabeza, le pega con las dos piernas y mete faltas. Hasta lanza los penaltis fenomenal y, además, tiene ese instinto de depredador de área con el que solo cuentan unos pocos. No se pueden tener más cualidades, porque, además, físicamente es un portento, lo que hace que su carrera pueda alargarse aún muchos años más. Como rematador no ha habido otro en los últimos años. En ese sentido, es mucho mejor que Messi, aunque el argentino tiene otras cosas que le hacen ser igual de bueno que él», reconoce a ABC Carlos Santillana, exfutbolista del Real Madrid y uno de los mejores rematadores de la historia del fútbol español.
El talento innato de Cristiano y su ambición le han llevado a alcanzar una 55 53 49 39 44 3 marca histórica que pocos pensaban que podría batirse. Ni siquiera Amancio Amaro, otro de esos goleadores de antaño que asisten con incredulidad a las exhibiciones del portugués. «La evolución del fútbol no tiene freno y estoy seguro de que, al igual que él ha hecho con Pelé o Romario, habrá algún jugador que vendrá en el futuro y que superará su marca. No será fácil, eso sí, porque lo que ha conseguido es muy complicado, aunque hay que decir que ahora hay muchos más partidos que antes y que resulta más sencillo marcar goles, pues los marcajes ya no son tan duros y los terrenos de juego son más amables», apunta en conversación con ABC el gallego, pichichi en dos ocasiones en la década de los 60.
La evolución del delantero
Entonces, el delantero era un especialista. Un tipo que vivía anclado en el área y que se buscaba la vida para escapar de sus rivales y encontrar el remate. Esa figura ha ido cambiando con el paso de los años al mismo ritmo que lo hacía la táctica y el tipo de fútbol. «En mi época, si me daba por bajar a combinar al centro del campo, el “Soso” Gallego me decía que dónde iba. Que me volviera a mi sitio. Me echaba la bronca, porque el delantero tenía que estar cerca del área, pero a mí no me gustaba, porque a lo mejor pasaba media hora sin tocar el balón y cuando lo hacía le pe