«Cataluña y País Vasco ejercen una notable influencia en el Gobierno»
Juanma Moreno Presidente de la Junta de Andalucía
SEVILLA
Hace dos años pedía en su toma de posesión «tiempo y apoyo suficiente» para ser «un presidente reformista» tras casi 40 años de socialismo en Andalucía. Ahora, cuando «el cambio» debería vivir su revolución económica, el Covid es casi todo.
—¿Qué tenía apuntado al inicio del mandato en su hoja de ruta para 2021 y qué ha anotado primero finalmente?
—Yo pensé que me iba a enfrentar a los problemas de 40 años de gobiernos socialistas pero lo que no pensaba es que me iba a enfrentar a la peor situación social, económica y sanitaria del siglo. Yo tenía una agenda reformista muy intensa que ha quedado tapada por la prioridad que es el Covid. Las circunstancias mandan, ahora mismo el Covid lo inunda todo y nos queda dedicar todas nuestras energías a superar la pandemia. —¿Qué le preocupa más? —Primero la pérdida de vidas humanas, como no puede ser de otra forma, y las secuelas que va a dejar en la sociedad; secuelas físicas y psicológicas que ya se están viendo. Y me preocupan mucho las secuelas económicas que van a ser graves.
—¿Le extraña la incertidumbre que hay sobre todo lo que rodea a la pandemia, desde su origen a las nuevas cepas? ¿Tiene información que no deba difundir?
—Mire, creo que todo el mundo tiene la misma información: desconocemos muchísimo de la pandemia y el virus. Hemos ido aprendiendo sobre la marcha. Hay muchos interrogantes y necesitaremos más de una década para poder conocer las respuestas.
—Sin un horizonte claro, después de lo pasado en 2020 ¿Qué vacuna hay contra el hartazgo?
—Hay poca vacuna. La única es hablar con claridad de forma directa, no mentir, tratar a los ciudadanos como adultos y que se vayan preparando para las circunstancias que vamos viviendo. —Lleva meses pidiendo al Gobierno poder modular el toque de queda. Al final lo ha pedido por escrito. El Gobierno lo prohíbe. ¿Tenemos que esperar a que lo pida Cataluña? —Creo que sí. Cataluña y el País Vasco ejercen una notable influencia como socios preferentes del Gobierno de Sánchez y ya hemos visto cómo se trata de manera especial y privilegiada a ambas comunidades. Tenemos un Gobierno que no tiene plan, que sólo descarga la responsabilidad en las comunidades y que al mismo tiempo nos limita con un estado de alarma hasta mayo que no quieren modificar y que maniata la capacidad de decisión en temas tan sensibles como modular el toque de queda y el confinamiento domiciliario. —¿Cree que es justo acusar al Gobierno central de que haya pocas vacunas, cuando las dosis están en producción y las compra y distribuye la Unión Europea?
—Creo que la hipérbole, la exageración, tanto en la verdad, la mentira o las medias verdades siempre son negativas y en la pandemia pasa factura. En eso he sido prudente. Yo no critico al Gobierno porque tenga menos vacunas lo que sí le pido es que intensifique las negociaciones con la Comisión Europea para que compre más dosis. El 21 de marzo en Andalucía tendremos vacunado solo al 5 por ciento de la población y eso es un problema, para cuando llegue la cuarta ola, que llegará. —¿Hay una comunicación fluida con el presidente Pedro Sánchez en este tiempo de pandemia?
—No. Básicamente son conversaciones puntuales. Me llamó hace 15 días por el suceso del temporal. Le comenté la situación del plan de vacunación. Yo intento siempre buscar cooperación antes que confrontacion, pero mi obligación es denunciar cuando hay algo que es injusto para Andalucía.
—¿Usted confía en Pedro Sánchez?
—Mi confianza en Sánchez es limitada, sobre todo por cómo está llevando esta crisis. Un presidente del Gobierno, sea de comunidad o de un país, no solo está para dar buenas noticias, está también para dar las malas, dar la cara, para asumir el liderazgo, el desgaste y la crítica. Yo soy objeto de crítica de sectores económicos que se ven maltratados por las medidas y yo los entiendo y empatizo con ellos, pero mi obligación es salvar cuantas más vidas en Andalucía sea posible y dentro de esa obligación prioritaria tengo que tomar decisiones difíciles que me duelen muchísimo y me quitan el sueño casi a diario.
—Es un convencido de que los moderados ganarán España. Pero si algo se echa en falta en España ahora es la moderación que, además, se confunde con indolencia ¿Su moderación es ilimitada?
—Cuando hablo de la moderación hablo del respeto, la tolerancia, de evitar los bochornosos espectáculos que se han dado en España, creo que para nada ayudan a la credibilidad de las instituciones ni a los ciudadanos. A veces tengo la sensación de predicar en el desierto, pero creo que ese es el gran objetivo. Creo que una parte mayoritaria de los españoles creen que la política tiene que cambiar de estilo, de forma y que tiene que ser más dialogante, comprensiva y respetuosa frente al adversario.
—Las encuestas señalan a Vox como un futuro socio natural de Gobierno. ¿Su moderación tiene líneas rojas? —Mi modelo de sociedad y el que representa mi formación política sí tiene líneas rojas. Tengo una fuerte conciencia social y tiene reflejo en mi proyecto político. Nosotros sí creemos en la España autonómica, surgida de 1978. Hay líneas rojas que son infranqueables y una de ellas es el cumplimiento de las normas, derechos y obligaciones del Estatuto de Autonomía, y ante cualquier negación del mismo estaremos en contra.
à Sin confianza en el presidente del Gobierno «Mi confianza en Sánchez es limitada, sobre todo por cómo está llevando esta crisis»
Modelo autonómico y Vox «Mi modelo de sociedad y el que representa mi formación política sí tiene líneas rojas. Nosotros sí creemos en la España autonómica surgida de 1978»