ABC (Nacional)

«El grado de error en las manos es mínimo, casi nulo»

Velasco defiende el acierto de los suyos en las jugadas más controvert­idas

- R. CAÑIZARES

MADRID

La charla con Velasco se extiende durante 55 minutos, y los veinte últimos son para hablar de la jugada que más polémica genera. «El grado de error en las manos es mínimo, casi nulo». Entonces, ¿Qué falla?: «Esto es como si le decimos a un ingeniero que nos explique cómo se pone un cohete en el aire y cuando lleva 15 segundos explicándo­lo le decimos ‘para, para, que me aburro’. La gente quiere que les expliquemo­s las manos, pero en 20 segundos. Y eso no puede ser», dice Velasco algo enfadado.

«Veamos. La regla no dice cuándo una acción es mano o no de una manera taxativa en muchos de los casos. La regla define con claridad algunas manos, y en esas manos definidas con claridad no hay controvers­ia. Por ejemplo, la mano de un jugador apoyado en el césped: si le golpea, no es mano. Cuando un brazo está a la altura del hombro o superior, la regla dice que eso es mano sea como fuere esa jugada. Cuando el balón viene jugado por el propio jugador, es decir, se lanza el balón desde su pie a su brazo, eso la regla deja claro que no es mano. Cuando un jugador golpea el balón con su brazo y entra a gol, eso también es mano. Si a un jugador le da el balón en su brazo, le cae a él, e inmediatam­ente se consigue gol, y aunque ese golpeo con el brazo haya sido de manera fortuita, eso también es mano».

¿Y por qué hay jugadores y entrenador­es que dicen que no lo tienen claro? Le preguntamo­s: «Por los casos en los que la regla dice que es mano cuando la posición de la mano es antinatura­l. Es decir, el brazo ocupa un espacio adicional a lo que es la silueta del cuerpo y hace daño al contrario, bien sea parando un disparo a portería o un centro a sus compañeros o similar. Solo en ese caso de manos que se juzgan naturales o antinatura­les existe confusión, pero es que la regla no dice lo que es natural o antinatura­l. La regla dice que el árbitro es el que debe juzgar si esa mano es natural o no natural, y como es una mano interpreta­ble es normal que haya debate».

Velasco se explaya aún más: «Es muy importante la distancia que hay entre un jugador que dispara o centra, y el jugador que intercepta con el brazo ese disparo o centro. Si está a 20 centímetro­s es difícil que tenga tiempo para quitar el brazo, pero si está a 25 metros parece razonable pensar que ha tenido tiempo de evitar ese contacto. ‘Pero espera, Carlos, porque hay jugadas en las que estando a 20 centímetro­s sí habéis pitado mano’. Hombre, claro, porque aunque estés a 20 centímetro­s, si llevas la mano como Jesucristo... Como ve, el tema de las manos es muy claro. No es cierto que no se entiendan».

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