ABC (Nacional)

El misterioso caso Valverde

Zidane ha dejado de contar con él como titular y en el club se preguntan por qué

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN MADRID

Callado, disciplina­do, más autocrític­o que nadie, se flagela cada vez que no rinde como espera. No critica, no protesta. Trabaja como un motor incansable y espera su oportunida­d. Valverde no juega cuando más hace falta. Zidane ha devuelto el poder omnímodo a los viejos rockeros desgastado­s y ha descartado al joven que había conquistad­o el puesto. Era un ejemplo en «La Fábrica» y los chavales dicen que «no sale».

Su renovación hasta 2025 expresaba la creencia en su porvenir. Protagonis­ta la pasada temporada en más de cuarenta partidos, ha perdido la silla en la impenetrab­le mente de Zidane, que cada día demuestra que es más inescrutab­le. «Fede tiene que jugar», señala un profesiona­l de Valdebebas. «Se nota que el equipo le necesita y debe de tener más minutos, no salir solo al final». En el club tampoco se entiende el pase a la reserva de un chico de 22 años que inyectaba la potencia en un centro de campo de gasoil, de un gladiador que era el líder del cambio necesario. Una transición que Zizou ha detenido.

Valverde ha pasado de ser titular indiscutib­le, salvador en los grandes partidos frente al Barcelona y otros rivales importante­s, a jugar quince o veinte minutos en cada encuentro, cuando todo el mundo observa que Modric y Kroos no aguantan más de una hora. «Fede posee el poderío físico que pide el equipo», señala otro empleado cualificad­o de la casa.

Ha participad­o en 19 encuentros esta temporada, en los que anotó tres goles gracias a su disparo. El curso pasado, a estas alturas, había disfrutado de siete partidos más. Sin embargo, Zidane insiste en sacar al trío de mediocampi­stas que le hizo ganar las Champions. En la casa se ensalza que Valverde fue decisivo en la conquista de la última Liga y de la Supercopa de España en Arabia. Y observa que el equipo acusa el cansancio.

«Fede está hecho»

El uruguayo ha sido suplente en los últimos cuatro encuentros, saldados con un triunfo, dos empates y una derrota. Cuesta comprender que Zidane no le alineara como titular en varios de estos partidos ante un declive evidente. Frente al Elche, 1-1, salió 12 minutos mientras el Real Madrid jugaba caminando. En El Sadar, empate sin goles, entró en el 66, un partido que reclamaba a Valverde desde aquellas cuatro horas atrapados en el avión. En la derrota ante el Athletic tuvo 23 minutos, cuando su equipo había realizado un primer tiempo desastroso y mejoró precisamen­te con él. «Fede es un futbolista hecho, necesita continuida­d, es un motor extra», señala una persona que le vio crecer en Valdebebas.

El club considera que el hijo de Doris, que vendía juguetes en las calles de Montevideo, tiene que jugar y no volver a ser una promesa. El Pajarito debe volar alto y ya no está en el Real Madrid como un meritorio para jugar partidos de Copa como el de mañana, es un futbolista que debe ser protagonis­ta en Liga y Champions. Porque, recuerdan en el club, ya lo ha sido en ambas competicio­nes.

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EP Valverde lleva el balón frente al Athletic en Málaga, donde jugó 23 minutos

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