Uno de cada cinco hospitalizados en España lo son por Covid
Europa pide acelerar la vacunación y restringir los viajes para evitar el colapso por la cepa británica
Habitualmente sucede al revés que es Alemania el país que contribuye decisivamente a resolver los problemas en la Unión Europea, pero la pandemia ha cambiado hasta esto y en esta tercera oleada de infección son los temores de Berlín a que la situación se escape de todo control lo que ha pesado más en la reunión telemática del Consejo Europeo celebrada ayer.
En Alemania ya se critica abiertamente la política dirigida por la Comisión Europea para la compra conjunta de vacunas porque la lentitud con la que llegan las dosis mantiene paralizada la campaña de vacunación. Tampoco han sentado bien algunos acuerdos a los que han llegado otros países. Pese a ello, la canciller Angela Merkel sigue defendiendo con firmeza este sistema de compra. «No hay un solo día en que haga todo bien al cien por cien, pero si hay una decisión de la que no me arrepiento es de la compra europea de vacunas», dijo durante la rueda de prensa previa a su participación en la cumbre de ayer, en la que todos los países trataron de encontrar recetas comunes para un problema que tiene distintos ángulos en cada uno de ellos.
Movilidad
Frente a la posición de la Comisión Europea que se opone con uñas y dientes a que se cierren las fronteras interiores, varios países, sobre todo los del norte, propusieron que al menos se establezca una limitación para los desplazamientos no esenciales. El primer ministro belga, Alexander de Croo, es partidario de que sea una decisión europea, puesto que si su país está «en una situación ligeramente mejor, a la mínima chispa pueden aumentar las cifras y tenemos que evitarlo».
Merkel había enviado a los demás socios europeos un documento en el que plantea medidas drásticas para los viajeros procedentes de fuera de la UE, exigencias de test PCR en los vuelos intracomunitarios procedentes de zonas de riesgo, cuarentenas y restricción de movimientos entre áreas en las que se detecten las variantes más contagiosas. «No podemos descartar el cierre de fronteras», aunque «queremos prevenirlo mediante coordinación», decía la responsable alemana. Merkel y De Croo habían hablado antes precisamente de la frontera que une a los dos países y a través de la cual hay trabajadores que se desplazan cada día en las dos direcciones. Para Merkel, deben seguir abiertas las fronteras «entre países que tienen similares objetivos de incidencias y que aplican restricciones parecidas».
En la cumbre de ayer, los jefes de Gobierno hablaron también de la idea de un certificado de vacunación común, cuando apenas hace un día que se han acabado de poner de acuerdo con el reconocimiento mutuo de los test de anticuerpos. Esta idea de un pasaporte Covid para los vacunados la había propuesto Grecia, pero ha sido rechazada por muchos gobiernos que no creen que sea una solución en este momento. Como reconocieron funcionarios del propio Consejo Europeo, «hasta donde sabemos, puedes ser portador del virus aunque estés vacunado. Así que el test puede seguir siendo necesario aunque estés vacunado. Seguimos pensando que lo importante por el momento son los test y la cuarentena». Otros responsables europeos insistieron en que «no es posible resistir una segunda temporada turística fracasada» teniendo en cuenta las repercusiones económicas que podría entrañar.
Los Veintisiete han escuchado también la propuesta que les había hecho la víspera la Comisión y que pretende que todos los gobiernos se comprometan a haber vacunado en verano al 70% de la población. En marzo deberían haberla recibido al menos al 80% de las personas más vulnerables, es decir los mayores de 80 años y el 80% de los profesionales sanitarios y de servicios que atienden las residencias.
Pero en esta misma discusión se han encontrado con los problemas que está arrastrando la vacuna de la multinacional Pfizer, que precisamente esta semana ha tenido que reducir su ritmo de producción y entrega de dosis a los europeos, oficialmente para poder reorganizar su cadena de fabricación y poder acelerar la entrega de dosis a partir de febrero.
Italia ha llegado a amenazar a la multi
nacional con una demanda por incumplimiento de contrato, aunque la Comisión insiste en que los compromisos son trimestrales y espera que al cabo de este primer trimestre se habrán cumplido con creces los planes de entrega previstos por el contrato.
Cambio de escenario
Merkel había advertido antes de participar en la cumbre que la mayor capacidad infecciosa de las mutaciones británica y sudafricana del coronavirus «nos sitúa ante un nuevo escenario», al justificar el hecho de haber prolongado y endurecido las restricciones en todo el territorio alemán. La canciller se mostró conmovida con la incidencia de contagios y muertes en las residencias de ancianos que ha llegado a cifras inesperadas en Alemania. «Emocionalmente es extremadamente difícil de llevar» y que cuando llegue el momento de levantar las restricciones, esta vez va a ser más cautelosa y esperará un tiempo prudencial antes de seguir reabriendo sectores, si es que el objetivo de incidencia demuestra mantenerse en el tiempo. «Lo primero serían los colegios, después servicios como peluquerías, que son anecdóticos, y sobre todo el comercio».