EL QUE PARTE Y REPARTE

¿Alguien cree que este Gobierno va a hacer buen uso de los fondos europeos?

ESPAÑA tiene ante sí un desafío monumental. Un reto que puede permitir a la clase media dar el salto más grande de las últimas décadas. Pero, como viene sucediendo, el Gobierno de PSOE y Podemos está a por uvas. El 1 de enero se abrió el plazo para que los estados miembros remitan a Bruselas los planes para acceder a los fondos de recuperación. Hay tiempo hasta el 30 de abril, pero cuanto antes se envíe el programa, antes puede empezar a ejecutarse ya que la evaluación puede tardar hasta tres meses.

Nuestro país está inmerso en una crisis galopante pero, por supuesto, Moncloa no ha movido ficha. La tarea, hay que reconocerlo, no es sencilla: decidir cómo gastar 72.000 millones en cuatro años, y no vale cualquier cosa. El maná europeo debe ir a proyectos multiplicadores del crecimiento económico y el empleo, innovadores y que, además, sean verdes. Casi nada. Si se pretende hacer bien, la misión es enormemente compleja. Requiere tener muy claro a dónde dirigir la economía a largo plazo y cómo hacerlo. Pero por no saber, el camarote de los hermanos Marx que nos gobierna –como bien dijo Felipe González– ni siquiera sabe qué hará mañana con las pensiones o la reforma laboral. Y aunque lo supiera, no podría abarcar solo una tarea tan complicada.

Pedro Sánchez, como es tan listo, desechó cualquier ayuda exterior. A diferencia del resto de líderes que pedirán fondos, no ha querido saber nada de expertos de reconocido prestigio, organismos o autoridades independientes que se encarguen de asegurar que las ayudas tendrán una gestión eficiente. El PSOE ha tumbado sistemáticamente todas las enmiendas que PP y Ciudadanos plantearon en el Congreso en este sentido. Y nunca se planteó permitir participar a la oposición por mucho que Bruselas ha pedido que las ayudas se decidan con consenso.

El Gobierno quiere guisárselo y comérselo él solo, sin darse cuenta de que va camino de sufrir una indigestión. Las autonomías llevan todo el mes quejándose de que no tienen instrucciones claras. Hacienda no se reunió con ellas hasta ayer y convocándolas de mala manera el miércoles. Tampoco existe coordinación desde los ministerios. Las empresas han entrado en una carrera frenética por captar fondos en la creencia de que habrá «dinero para todo». Y viendo el caos, las consultoras se lanzan a buscar tajada garantizando el acceso a las ayudas por un módico precio.

Parece que el Gobierno se siente como un ciudadano modesto al que le toca la lotería y empieza a planear cómo gastarse su dinero. El problema es que Sánchez no ha ganado ningún premio. Las ayudas europeas no son suyas sino para todos los españoles y el Ejecutivo debería estar entregado a hacer el mejor uso de ellas. Difícilmente lo conseguirá si lo que está pensando es que el que parte y reparte...