La Justicia relaciona a un líder político italiano con la mafia
Decepción de Conte con el partido UDC, con el que trataba de negociar una alianza
«La ‘Ndrangheta es la mafia más rica ya que cada año hace negocios sucios con una “facturación” de 50.000 millones de euros. Está presente en todos los continentes y es la más poderosa porque tiene casi el monopolio de la importación de cocaína en Europa». La explicación es de Nicola Gratteri, de 62 años, el fiscal jefe de Catanzaro, capital de Reggio Calabria, el magistrado que más sabe de la mafia calabresa. Al tráfico de cocaína, la ‘Ndranguetta añade otros negocios para enriquecerse y aumentar su poder, entre ellos el del reciclaje de las basuras. Dos importantes noticias de gran actualidad en Italia ayudan a entender por qué la ‘Ndrangueta, como dice el fiscal Gratteri, es la mafia más peligrosa y sin duda la más rica, gracias a sus conexiones con la política y algunos empresarios.
Desde el pasado 13 de enero en Lamezia Terme, en la provincia de Catanzaro, se está procesando a 350 mafiosos, empresarios, políticos y funcionarios, gracias a las investigaciones del fiscal Nicola Gratteri. Este jueves, Gratteri y su equipo con una veintena de magistrados dieron otro golpe a la ‘Ndrangueta, en una operación con una gran repercusión nacional: fueron arrestados 48 jefes mafiosos, políticos, empresarios y funcionarios públicos. Entre los investigados se encuentra Lorenzo Cesa (69), secretario del partido UDC, Unión de Centro, fuerza política democristiana. Se le acusa de participación externa en asociación mafiosa para favorecer a la ‘Ndrangueta. En arresto domiciliario quedó su brazo derecho en Calabria, el consejero regional del presupuesto Francesco Talarico, de UDC, acusado de intercambio electoral político-mafioso. Precisamente, el primer ministro Conte estaba muy empeñado en la tarea de contar con algunos senadores de UDC para que pasen a un grupo parlamentario que refuerce a la coalición de gobierno, que está en peligrosa minoría relativa en el Senado. Al estallar el caso UDC, Conte se preguntó incrédulo: «¿Y ahora con quién negociamos?