«Lo que he vivido con Céline Dion ya no me lo quita nadie»
El malagueño ha vuelto a casa con su pareja coincidiendo con el año sabático de la diva canadiense. Está volcado en desarrollar su faceta de ilustrador
Las casualidades dieron un giro de 180 grados a la vida de Pepe Muñoz. El malagueño, de 36 años, pasó de ir de allá para acá como bailarín del Circo del Sol a recorrer el mundo como el ojito derecho de Céline Dion. Desde que se convirtió en fiel consejero de la canadiense, que hace ya cinco años que perdió a su marido y manager, René Angélil, no ha tenido tiempo para respirar entre conciertos, giras, desfiles y semanas de la moda. Ser parte del glamsquad que diseña los estilismos de Dion ha sido y es una aventura, pero Muñoz tiene claro que su destino en la vida es la ilustración. Mientras espera la vuelta de la cantante a los escenarios pasa los días sumergido en sus dibujos desde un piso con vistas a la Catedral de Málaga.
—¿Cómo llega a la vida de Céline Dion?
—Una excompañera del Circo del Sol era su niñera y me recomendó como bailarín para su gira europea en 2017. Hicimos una prueba juntos y me ofrecieron bailar con ella una canción de su repertorio en francés. Cuando se estrenó el número en Burdeos la prensa explotó. Todo el mundo quería saber quién era el chico que bailaba con Céline Dion y yo sólo quería esconderme en el hotel y no salir. Fue una locura. —¿Cuándo pasó de ser pareja de baile a estilista?
—Me vio dibujar un día durante el verano de la gira y se interesó por lo que hacía. Vio que estaba dibujando moda, y con lo majísima y generosa que es, descubrió el día de mi cumpleaños y una semana después me llevó a un desfile de la semana de la moda de París. Compartíamos gustos y a partir de ahí me ofreció ser parte de su equipo creativo.
—Es un icono mundial. ¿Vestirla le daba vértigo?
—Lo curioso es que a mí no se me contrató como estilista. Me llamaron para bailar y se creó una amistad sin presión de la que surgió todo lo demás. Tampoco voy a negar que no haya pre
Su relación
«Lo curioso es que a mí no se me contrató como estilista. Me llamaron para bailar y se creó una amistad sin presión»
Fácil de aconsejar
«Ella es como esas pirámides de copas de champán, que cuando lo echas en la primera va cayendo por todas»
Moda española
«La he vestido de Leandro Cano, Juan Vidal y Palomo Spain. Los tres me gustan muchísimo»
sión. Hay muchas cosas que hacer y eventos que preparar, pero nunca he tenido miedo a enseñarle algo y que no le gustara.
—¿Quién le ha cambiado la vida a quién?
—Ella a mí, por supuesto. No sé si en algún momento llegará a ser consciente del trampolín que supone para cualquiera que trabaje con ella. Cuando empecé a dibujar era fan de lo que hacían muchos diseñadores y, de repente, me encontré dos o tres años después mandando emails a esos mismos diseñadores para que los llevara la jefa, que es como la llamo yo.
—En estos tres años, ¿ha podido abrirle las puertas a la moda española?
—Poco, la verdad, aunque me he portado bien. La vestí de Leandro Cano para un anuncio de L’Oréal, de Juan Vidal en Nueva York y de Palomo
Spain para una sesión de fotos del álbum. Los tres me gustan muchísimo y lo que mola de Palomo es que, aunque lo presente para chicos, es tan andrógino que vale para todo. Ahora que recuerdo, también le puse unos pendientes de Rod Almayate, una marca de un diseñador malagueño. —Parece que se deja aconsejar. No cumple el tópico de la diva con mano de hierro…
—Para nada. Ella es como esas pirámides de copas de champán, que cuando lo echas en la primera va cayendo por todas las demás. Ella y todo el equipo desprenden una energía maravillosa y es lo que más echo de menos. —¿Esta vuelta a casa son sólo unas vacaciones?
—Ella se está tomando una temporada sabática, que nunca la ha tenido. Nos dijeron que una vez que empezara la actividad contarían con nosotros, pero con todo lo que está pasando no creo que eso vaya a llegar en los próximos meses. Estaba en Estados Unidos con mi pareja y decidimos venirnos a España hasta próximo aviso. Y si te soy sincero, estamos más felices que unas perdices.
—¿Se plantea vestir a otras celebrities?
—No he trabajado con ninguna otra, y después de vestir a Céline tampoco sé si quiero. No soy tonto. He hecho un trabajo que creo que ha gustado y si alguien me llama estoy abierto a valorarlo, pero no me levanto cada mañana pensando en si sonará el teléfono. —¿Y en qué piensa?
—En dibujar. Con el parón del Covid19 me he puesto las pilas y estoy creando una tienda online con mis trabajos. También voy a hacer las ilustraciones de un libro infantil de temática LGTBI que ha escrito mi chico.
—Por lo que dice, hay vida más allá de Dion…
—Sí, dentro de unos años me veo dibujando. Me encanta el estilismo, pero una parte de mí quiere estar donde se crean las cosas. Si llega el día en que me diga que no cuenta conmigo no pasaría nada, porque lo que he vivido con ella ya no me lo quita nadie. Como se suele decir: «¡que me quiten lo bailao!».