La caída de las solicitudes producida en 2020 agravará el aluvión de quiebras que se espera este año
das decisiones empresariales hasta que finalice la moratoria aprobada por el Gobierno. «Lo más probable es que estos datos aumenten con fuerza a partir de ese momento», explica.
El cambio de tendencia empieza a intuirse ya, porque en la segunda mitad del año los concursos empezaron a repuntar pese a la moratoria. Ligeramente, eso sí. Según los datos de Informa D&B, en diciembre los concursos repuntaron un 6,5% respecto al mes anterior, aunque todavía se mantuvieron un 15% por debajo respecto a las cifras del mismo mes de 2019.
Con la avalancha de quiebras asegurada este año, distintos organismos hacen cábalas sobre la profundidad de la herida. Esta misma semana, el Consejo General de Procuradores vaticinó que el incremento será del 50%, un aumento que según sus cálculos provocará un «atasco judicial». Lo cierto es que los juzgados mercantiles ya estaban saturados antes del estallido de la crisis sanitaria, una situación que se ha agravado por el incremento de procedimientos como los ERE y los ERTE.
«El contexto está lleno de incertidumbres, tanto a nivel de negocio como desde el punto de vista sanitario. Esto también limita la posibilidad de hacer un plan de viabilidad para reestructurarse. Por eso cientos de empresas toman la decisión de alargar el proceso el mayor tiempo posible», explica el responsable del área concursal en Uría Menéndez, Ángel Alonso. Según sus palabras, toda esta demora está afectando cada vez más «a los derechos de terceros». Los acreedores han quedado en fuera de juego durante los últimos meses, aunque tal y como informó ABC la banca está haciendo un esfuerzo adicional para buscar alternativas a los impagos.
«Esta situación afecta a la viabilidad de las empresas, y la duda es conocer cuántas compañías zombis están operando actualmente en España