Los proyectos que vienen en España
El Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear en Cáceres (creado por Emilio Tuñón) está listo y a la espera de su inauguración, si la pandemia nos da un respiro. En su recta final se halla el Museo de las Colecciones Reales (Tuñón y Mansilla), que lleva muchos años de retraso y que podría abrir sus puertas en 2022. Comenzarán en noviembre las obras del Salón de Reinos (Norman Foster y Carlos Rubio), última de las ampliaciones del Campus del Prado. No es el único proyecto museístico de Foster en España. También reformará el Museo de Bellas Artes de Bilbao. A ellos se suman otras ampliaciones: el Reina Sofía (Frade Arquitectos) –prevista para otoño– y el Museo Sorolla (Nieto Sobejano). Estos arquitectos diseñarán también el futuro Museo Carmen Thyssen en Sant Feliu de Guíxols (Gerona). Santander sumará al Centro Botín de Renzo Piano la rehabilitación que David Chipperfield llevará a cabo en la sede social del Banco Santander, en el Paseo Pereda, que acogerá su gran colección de arte. Y en Valencia está en fase de construcción el futuro Centro de Arte Hortensia Herrero.
En el terreno internacional la primera gran apertura museística (de momento, solo virtual, debido a las restricciones por la pandemia) es el Palacio Real de Berlín, cuyas obras han costado 677 millones de euros y que acoge el Foro Humboldt, que albergará dos museos: el Etnológico y el de Arte Asiático de Berlín. Coincidiendo con la entrega de los Oscar en abril, está prevista la inauguración del Museo de la Academia de Cine, en Los Ángeles. Concebido como «el museo de cine más importante del mundo», el edificio, firmado por Renzo Piano, acogerá en sus 28.000 metros cuadrados el Teatro David Geffen y la Dolby Family Terrace.
Otros proyectos destacados son el Museo de Arte Pudong en Shanghái (Jean Nouvel) y el M+ (Museo de Cultura Visual Contemporánea) de Hong Kong (Herzog & De Meuron). Promete ser espectacular el Docking Ámsterdam, que proyecta el estudio holandés ZJA. En 1749, un carguero naufragó cerca de la ciudad inglesa de Hastings, donde aún se halla. Se trasladará a Ámsterdam y se construirá un museo submarino a su alrededor, sin ni siquiera sacarlo del agua, con una cápsula de acero y vidrio.