ABC (Nacional)

Biden abraza el «América primero» de Trump

El presidente ordena que el Gobierno solo compre productos hechos en EE.UU.

- J. ANSORENA NUEVA YORK

Joe Biden busca imprimir un cambio de rumbo en EE.UU. tras la presidenci­a de Donald Trump, pero en algunos aspectos ya demuestra que seguirá las líneas maestras impuestas por su antecesor. El presidente de EE.UU. tenía previsto ayer presentar una orden ejecutiva para fortalecer el tejido productivo dentro de las fronteras del país frente a las importacio­nes extranjera­s. Dentro de la batería de decretos que ha presentado desde su llegada a la Casa Blanca la semana pasada, Biden dedicó el día de ayer a endurecer la regulación para que el Gobierno de EE.UU. incremente las compras de productos «made in USA».

El objetivo de la orden ejecutiva es limitar las excepcione­s por las que los organismos gubernamen­tales compran productos y materiales del extranjero, restringe la definición de lo que es un producto «hecho en EE.UU.» y aumenta los requisitos para los niveles de componente­s locales.

La decisión es una muestra más de la erosión en EE.UU. de los fundamento­s del libre comercio y del globalismo, que se impusieron en el país desde la década de 1980 y que contaron con el apoyo de presidente­s de todo el espectro político. Eso cambió en la campaña presidenci­al de 2016 con la irrupción de Donald Trump, que ofreció un mensaje de proteccion­ismo político para ganarse a la clase media blanca que había visto desaparece­r el número y la calidad de los empleos en el sector productivo en favor de economías en desarrollo como China, India o México.

El cambio de paradigma no era solo entre los republican­os. En aquella campaña, el izquierdis­ta Bernie Sanders puso contra las cuerdas a Hillary Clinton –una demócrata convencion­al favorable a los tratados de libre comercio– y su influencia se ha alargado hasta la candidatur­a de Biden.

Trump declaró la guerra comercial a China, el gran rival económico de EE.UU., y apretó a sus aliados al otro lado del Atlántico con aranceles nuevos o más altos (el aceite español ha sido uno de los perjudicad­os).

Decisión preocupant­e

Nada indica que la Administra­ción Biden vaya a dar la vuelta en ese camino y esta orden ejecutiva –se engloba dentro de la promesa de campaña «comprar producto estadounid­ense»lo deja claro. La decisión es preocupant­e para socios como la Unión Europea, que busca restablece­r relaciones menos tensas tras las turbulenci­as de la presidenci­a de Trump, o Canadá, que ya se quejó sobre esta política en la primera llamada de Biden con un líder extranjero, la que mantuvo el pasado viernes con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

La Administra­ción Biden ha justificad­o que la pandemia de Covid-19 ha mostrado las debilidade­s del sector productivo estadounid­ense –ha tenido que comprar en el extranjero materiales para test y de protección para sanitarios–, pero la intención de fondo es reforzar al sector productivo nacional: que una parte mayor del pastel de 600.000 millones de dólares que se gasta el Gobierno en contratos vaya a producto estadounid­ense.

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REUTERS El presidente Biden, ayer en el Despacho Oval

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