Holanda «no renunciará» al toque de queda pese a la gravedad de los disturbios
«Son vándalos y ladrones», afirma el «premier» al referirse a los alborotadores
«Son vándalos y ladrones. No protestan con pancartas, sino que utilizan barras de metal y guantes de arena de cuarzo para romper escaparates, saquear tiendas y robar iPhones», justificó ayer el ministro holandés de Interior, Ronald Hans Anton Plasterk, las detenciones de docenas de alborotadores que, con la excusa de protestar contra el toque de queda impuesto por el Gobierno como herramienta en la lucha contra la pandemia, llevan días protagonizando destrozos y disturbios en las calles de Róterdam, Eindhoven y Den Bosch. «No son críticos con las medidas contra el coronavirus, sino hooligans violentos», añadió el ministro de Finanzas, Wopke Hoekstra, que confirmó que el Ejecutivo holandés no se plantea suspender el toque de queda que entró en vigor el sábado, y calificó de «escoria» a quienes instigan tales actitudes. «No se capitula ante quienes saquean tiendas y entregan las calles a la violencia», dijo, «no son protestas ciudadanas legítimas y quienes se comportan así son una escoria».
Los disturbios se suceden noche tras noche desde el sábado. La Policía holandesa detuvo el lunes al menos a 184 personas por su participación en las violentas manifestaciones, y al cierre de esta edición volvían a registrarse los primeros incidentes, cuando varios coches volvían a ser incendiados al caer la tarde en Haarlem, a las afueras de Amsterdam, y los violentos arrojaban de nuevo piedras y botellas de cristal a los policías que acudían a poner orden. Más de una decena de agentes han resultado heridos en altercados como este, la mayoría durante el toque de queda, que comienza a las 21.00 horas y dura hasta las 04.30.
«Ha habido incidentes en Ámsterdam, Eindhoven, La Haya, Breda, Arnhem, Tilbourt, Eschede, Appeldoorn, Venlo y Ruremond», informaba ayer un portavoz policial, que apuntaba que se trata de ataques coordinados a través de las redes sociales y no identificados con ningún grupo político en concreto, aunque la extrema derecha de Geer Wilders ha estado criticando duramente las medidas tomadas por el Gobierno holandés. Para interrumpir los saqueos y dispersar las concentraciones, la Policía se sirve de cañones de agua a presión, barreras de antidisturbios e incluso de perros, como en la plaza Museumplei de Ámsterdam, donde más de cien violentos fueron detenidos el domingo según el comunicado del Ayuntamiento, que calcula que se concentraron más de 1.500 personas.
Restricción de libertades
«No es verdad que todos los manifestantes son violentos y que persiguen saquear tiendas», dice a la televisión holandesa Nos Anja, estudiante que ha participado en una de las manifestaciones, «la mayoría somos ciudadanos pacíficos que no estamos de acuerdo con la restricción de las libertades y que protestamos porque lo que los políticos deberían estar haciendo es ampliar el número de las camas de cuidados intensivos y organizar bien el suministro de vacunas, pero que en cambio de