INMUNIDAD O IMPUNIDAD
Lo adecuado sería que a Trump lo sometieran a un juicio ordinario
Dice mi admirado Pedro Rodríguez que el «impeachment» no es una moción de censura ni un juicio político sino, «un remedio contra el tipo de abuso del poder que solamente un presidente puede cometer». Dicho esto, no termino de entender por qué sigue adelante el proceso contra Donald Trump, cuando este ha dejado de ser presidente y el remedio, contra sus potenciales abusos, no es necesario porque ya está fuera de la Casa Blanca y el peligro no existe. Aun así, le pueden condenar y dejar fuera del juego electoral de por vida (no descartaría a Ivanka como futura candidata). Me parece que, tal y como está la situación y el «status» de Trump (un ex que maquina en el campo golf su regreso al poder) lo adecuado sería que le sometieran a un juicio ordinario como se hará con la manada que asaltó el Capitolio (sería un espectáculo verlo en el banquillo junto al de los cuernos).
En Brasil, en cambio, al ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, le juzgan por su responsabilidad en la sobredosis de muertos por el Covid en Manaos (en el Teatro Amazonas de la ópera, en el siglo pasado, ponían a tope el aire acondicionado para que las brasileñas ricas lucieran sus abrigos de visón) donde colapsaron los hospitales y se quedaron sin oxígeno. Le investigan como si fuera uno más, pese a seguir siendo ministro. Su única ventaja, como los aforados en España, es que va directo al Tribunal Supremo.
En Argentina, la inmunidad o impunidad, depende de cómo se vea, persiste mientras estés en la Casa Rosada aunque te condenen. Por eso, Cristina Fernández se obsesiona en desactivar su media docena de causas antes de dejar de ser vicepresidenta o, poco probable, Alberto Fernández la traicione. El último fue el primero en vacunarse y el domingo lo hizo ella, para dar ejemplo. De momento, la Sputnik V que les mandó Putin, va como un cohete aunque mis amistades desconfían y advierten: «Ni en pedo, me pongo la vacuna rusa». Quizás una copita de más es lo que le falta a la UE. Por un lado, el Parlamento reconoce a Juan Guaidó como «presidente interino» y por otro, los 27 países miembros evitan hacerlo. De locos, como las «goticas milagrosas» de Maduro.