«Mi hija no aguanta una jornada entera de clases por la fatiga»
El Hospital Germans Trias ha creado una unidad pediátrica pionera centrada en esta dolencia
MADRID
A finales de octubre, el Covid entró en casa de Marta (nombre ficticio), madre de dos niños, y ninguno de los cuatro miembros de la familia logró evitarlo. Ellos, cuenta, no se mueven ni se relacionan demasiado, pero el virus acabó colándose por un pequeño resquicio: las clases extraescolares de uno de los pequeños. Todos pasaron la infección con fiebre y malestar, síntomas leves y comunes. La que mejor sobrellevó la enfermedad fue su hija de 13 años. «Sin embargo, sus síntomas continuaron tras el aislamiento, incluso se hicieron más fuertes. Tiene cefaleas, mucha fatiga, mareos... Al principio estos casi le impedían salir a la calle. Incluso tenía cierta debilidad mental y problemas para seguir conversaciones. Todo acompañado de dolores musculares», explica Marta.
La pediatra de la adolescente pronto vio que sus secuelas se prolongaban demasiado en el tiempo, y en enero la derivó a una unidad pionera creada por el Hospital Germans Trias (Badalona) para tratar el Covid persistente en niños y adolescentes. Este grupo, que comenzó a funcionar a principios de año, está formado por especialistas en pediatría, enfermedades infecciosas, neurología, neumología, cardiología, psicología y rehabilitación, entre otros. «Es importante recalcar que los niños sufren cuadros mucho más leves que los adultos y que los que desarrollan Covid persistente son un porcentaje muy muy pequeño», explica la doctora María Méndez, responsable del servicio de Pediatría.
Aprendizaje
De momento, han atendido a una veintena de chicos, todos entre 10 y
18 años. La hija de Marta, por ahora, pasa periódicamente por la consulta del hospital y está en rehabilitación con un fisioterapeuta que le enseña ejercicios de respiración para paliar el cansancio crónico. «La mayoría de los niños llegan con fatiga, debilidad, sensación de dificultad al respirar, cefaleas, diarrea, hormigueos en las extremidades, falta de gusto y olfato...», subraya Méndez, que reconoce que no hay apenas literatura científica sobre esta dolencia. Por eso, ahora su principal objetivo es mejorar los síntomas de estos chavales para que puedan llevar una vida normal, puesto que no existe un tratamiento específico.
«El cuadro es parecido al de los adultos, pero la repercusión en ellos es más grave, porque la fatiga les impide seguir con normalidad las clases y mantener su desarrollo académico y personal. Algunos sufren dificultades de concentración, pierden memoria o tienen
à MARÍA MÉNDEZ
PEDIATRA «Las secuelas repercuten en el desarrollo de los niños»
MARTA
MADRE DE UNA PACIENTE «No se cuenta que el virus puede impedirles hacer vida normal»
mermada su capacidad ejecutiva, lo que repercute claramente en el aprendizaje», puntualiza la pediatra, que señala que a esto hay que sumarle el impacto emocional de la persistencia de la enfermedad en el tiempo.
Marta está muy agradecida al instituto de su hija, que pronto le adaptó las clases. «Ella no aguanta toda la jornada. Ahora al menos puede ir unas pocas horas y eso le levanta el ánimo. Nos han recomendado que no pierda relación con sus amistades, porque al fin y al cabo es una adolescente que necesita contacto social, aunque sea ver a sus amigos diez minutos», admite.
Paciencia
Los especialistas del Germans Trias tienen claro que la rehabilitación acelera la mejoría de los niños con Covid persistente, pero no saben a qué ritmo. «Nuestra pediatra ya nos advirtió que el tratamiento iba a ser largo. Tenemos la esperanza de que se recupere del todo, aunque ningún médico te lo puede garantizar porque es todo muy nuevo», plantea Marta, que comparte su experiencia con la esperanza de que la gente tome conciencia de los peligros del virus. «No se cuenta que a los niños les puede impedir hacer una vida normal. No es necesario pasar por el hospital para que el Covid ponga patas arriba tu vida».