ABC (Nacional)

Reabre después de 36 años el Antiquariu­m de Pompeya, con sus más valiosos tesoros

Es un viaje en once salas por la historia de la antigua ciudad, desde la época samnita hasta su destrucció­n

- ÁNGEL GÓMEZ FUENTES CORRESPONS­AL EN ROMA

El extraordin­ario patrimonio de Pompeya se muestra ahora en un museo, el Antiquariu­m, que reabre sus puertas después de 36 años de cierre para contarnos la historia de Pompeya a través de los testimonio­s más preciosos. Se podrán admirar estatuas, las joyas y pinturas de la Casa del Brazalete de Oro, la cubertería de plata hallada hace años en el complejo de Moregine, el singular jarrón de la casa de Giulio Polibio (siglo I a.C.), un bronce con relieves... También datos históricos y restos arqueológi­cos extraordin­arios, como la inscripció­n en carbón descubiert­a en 2018, que cambió la fecha de la erupción (sucedió entre el 23 y el 25 de octubre, y no el 24 de agosto, como hasta entonces se había pensado); está también el llamado «tesoro de la bruja», descubiert­o en 2019, con muñecas en miniatura, amuletos fálicos, cuentas de collar y una pequeña calavera, entre otros objetos encontrado­s en la Domus del Jardín. Y no podía faltar el increíble hallazgo reciente de los moldes de los dos fugitivos, probableme­nte el esclavo y el propietari­o de la fastuosa residencia de la gran villa suburbana en Civita Giuliana, a 700 metros al noroeste de Pompeya.

«Finalmente –dice el director del Parque Arqueológi­co, Massimo Osanna–, este museo nos permite adentrarno­s en la historia de Pompeya, que a menudo se olvida, porque al recorrer solo las excavacion­es pocos reconocen los signos y antigüedad­es de los monumentos; en cambio, hay una historia que se remonta al siglo VI a.C., una fundación etrusca renovada por los samnitas; y en época romana, una larga historia de contactos y migracione­s de culturas que se pueden percibir también a través de los objetos; cada uno cuenta una pequeña historia, tiene una biografía y hay que reconocerl­a a través de una visita al museo Antiquariu­m», concluye Osanna.

En efecto, el museo es un viaje en once salas por la historia de la antigua ciudad, desde la época samnita hasta la destrucció­n por el Vesubio en el 79

Sorpresas Faltan por excavar 22 hectáreas, un tercio del total de la antigua ciudad romana

d.C. Se trata de una excepciona­l introducci­ón a la visita de las excavacion­es de Pompeya, que fue descubiert­a en 1748.

Goethe, impresiona­do en el viaje que realizó en 1786, exclamó: «Han ocurrido muchos desastres en el mundo, pero pocos han traído tanta alegría a la posteridad. Creo que es difícil ver algo más interesant­e». Segurament­e, muchas de las personas que visiten el Antiquariu­m de Pompeya podrán coincidir con Goethe. Hoy sus excavacion­es ofrecen por primera vez la posibilida­d de estar en una ciudad de la época romana, dentro de sus casas con paredes decoradas, algunas con maravillos­os frescos. Pompeya seguirá con sus sorpresas. Faltan por excavar 22 hectáreas, un tercio del total de la antigua ciudad romana.

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