El club de los desamparados
El Rayo recibe al Barça en la Copa en un momento convulso, con jugadores y afición en contra de su presidente
El Rayo Vallecano vive un momento dulce en lo deportivo. Transita en puestos de promoción de ascenso tras completar una aceptable primera vuelta mientras apura las horas hasta el ilusionante duelo de hoy de octavos en la Copa frente a un Barça con Messi (21 horas, Telecinco y DAZN). Fuera de esa superficie, sin embargo, el club es la casa de los líos. Una institución atropellada por los acontecimientos y sin capacidad de reacción para solucionar los problemas del día a día.
En apenas dos meses, con más ímpetu si cabe en los últimos quince días, absolutamente todos los estamentos del club han expresado su malestar por la forma que tiene Raúl Martín Presa de gobernar el equipo de la franja. A los problemas de impagos y ausencia de condiciones laborales dignas, denunciadas tanto por el equipo femenino como por la cantera, se han sumado las quejas de la primera plantilla, que hace días alzó la voz a través de un comunicado en el que, entre otras cosas, refería retrasos en el pago de las nóminas y actuaciones del club en contra de las medidas básicas contra el Covid. «Nos sentimos desamparados y cansados», esgrimían los jugadores, que solo en los últimos días han tenido que vivir un viaje frustrado a Miranda de Ebro en mitad del temporal y el cambio de última hora de su partido de Copa ante el Elche por la imprevisión del club en los trabajos de recuperación del estadio de Vallecas.
«Es una situación insólita para un club profesional», explica a ABC José María Movilla, exjugador del Rayo y actual director de Relaciones Institucionales de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). «No es normal que se denuncien tantas irregularidades. Desde AFE lo que estamos haciendo es garantizar que los jugadores trabajen con todas las garantías y con las necesidades cubiertas». En opinión del excapitán rayista, la falta de comunicación con el presidente es uno de los problemas principales: «En todas partes hay problemas, pero aquí la información no es fluida y eso crea incertidumbre. Todo lo maneja el propio presidente y es una situación poco cómoda para el jugador, porque no sabe ni cuándo va a cobrar».
Martín Presa, que preside el Rayo desde 2011, cuando compró el 98,6% de las acciones a la familia Ruiz-Mateos asumiendo una deuda de más de 40 millones de euros, no tiene tampoco el beneplácito de la afición. «Un club no es una empresa que vende caramelos o lamparas. Un club es su afición, y más en equipos pequeños», explica Antonio Castilla, presidente de la Federación de peñas del Rayo. «Desde el principio vimos que hacía cosas muy raras. Del equipo femenino, que era una potencia, nos dio a entender que no estaba interesado. Y lo mismo ha pasado con la cantera. Con los aficionados rompió el diálogo, lleva años sin querer saber nada de nosotros. El Rayo es su juguete y la única duda es saber cuándo se cansará de él».
El caso Zozulia
La tensión entre el presidente y los aficionados alcanzó su punto álgido a principios de 2017, con el fallido fichaje de Roman Zozulia, un jugador repudiado por los seguidores rayistas por sus inclinaciones políticas. Martín Presa acabó dando su brazo a torcer y el ucraniano no fichó, pero el tira y afloja provocó una enorme herida. «Él a veces se ha intentado defender vendiendo que hay una motivación política tras las críticas porque, según dice, todos somos de Podemos. Pero desde las peñas se critica su gestión del club y su desprecio al Rayo. No está capacitado para presidirlo».
Desde el Rayo han preferido esperar a que pase el partido del Barça para pronunciarse, aunque en los distintos comunicados que ha emitido a modo de respuestas ha achacado a la pandemia los retrasos en los pagos, mientras que sobre los desplazamientos de sus equipos asegura que cumplen de forma estricta los protocolos establecidos por LaLiga y la Federación.
COPA DEL REY, AYER