El engaño de las pensiones
Desde hace tiempo, el señor Escrivá viene repitiendo que muchas de las prejubilaciones actuales se acercan a la pensión máxima y afirma que esta situación es privilegiada para el que las percibe. Convendría aclarar por qué esto es así, pues nadie lo explica, señor Escrivá.
El sistema de pensiones es proporcional: el importe de las prestaciones relaciona directamente las cantidades aportadas al sistema público y el periodo de cotizaciones efectuadas. El cálculo de la pensión se inicia con la base reguladora, y proviene de las cotizaciones que hayas realizado, y, por tanto, si han sido altas en tu vida laboral, la base tendrá que ser alta, incluso por encima de la pensión máxima. Esto ha permitido poder pagar las pensiones que se percibían mientras estabas cotizando, pues es un sistema de reparto: «Las cotizaciones de los trabajadores en activo financian las prestaciones del momento».
Si a alguien con base reguladora de 3.300 euros le despiden dos años antes de su jubilación ordinaria, le aplicarían la penalización sobre su base reguladora, pero si este queda por encima de la pensión máxima, primero la rebajan hasta la pensión máxima y luego aplican la penalización, es decir, si le han despedido cerca de la edad ordinaria de jubilación, nunca recibirá lo que aportó, aunque haya aportado mucho más de lo que recibiría con la pensión máxima. Esto según Escrivá es un privilegio para los pensionistas que las perciben con independencia de que hayas cotizado 40 ó 50 años por encima de la base máxima. Me parece un desprecio a las personas que pasaron su vida trabajando y aportando el máximo para mantener el sistema (también a las pensiones no contributivas). Si hablamos de sostenibilidad, entonces ¿quién nos devuelve el dinero de la caja de las pensiones que se utilizó para otros fines por el Gobierno de turno? ANTONIO MIGUEL CONSUEGRA OCAÑA MADRID