ABC (Nacional)

Cifuentes no convence al fiscal de su papel en el caso Máster

Retira in extremis la agenda que aportó para demostrar que entregó el trabajo final

- ISABEL VEGA MADRID

El juicio contra la expresiden­ta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes, la exasesora de su gobierno Maite Feito y la profesora de la Universida­d Rey Juan Carlos Cecilia Rosado por el llamado caso Máster tocó ayer a conclusion­es. Y ni sus propias declaracio­nes, las de los testigos y las de los peritos han conseguido convencer a la Fiscalía de que la antaño dirigente regional no tuvo nada que ver con la falsificac­ión de las actas de su trabajo de fin de máster (TFM). Aunque será la primera semana de febrero cuando el Ministerio Público desarrolle sus razones ante la Sección 15 de la Audiencia Provincial, ayer ya avanzó que mantiene una petición de 3 años y 3 meses de prisión para Cifuentes por el presunto delito de falsedad que habría inducido presionand­o a la universida­d cuando en marzo de 2018, se destaparon las irregulari­dades en su titulación.

La sesión de ayer, que aspiraba a ser la última, comenzó de forma muy parecida a la primera.

Con el abogado defensor,

José Antonio Choclán, hablando de una prueba inédita en dos años de instrucció­n del caso. Se trata de un volcado de seguridad de la agenda de Cifuentes en 2012, cuando siendo delegada del Gobierno en Madrid reservó hueco el 2 de julio de 2012 para presentar el TFM. Esa es la fecha que consignó Rosado en un acta escrita al dictado de su jefe, el fallecido catedrátic­o Álvarez Conde y en

Prueba sorpresa La expresiden­ta retiró ayer la agenda que aportó como prueba el primer día del juicio

la que señalaba que un tribunal inexistent­e se había reunido para evaluar el trabajo aquel día. Cifuentes niega que lo defendiera, pero sí dice que en esa fecha lo entregó en un acto «informal» a unas dos o tres personas que presumió eran profesores. No han aparecido ni en la instrucció­n ni en el juicio.

Sin la agenda

Como fuere, la orden del tribunal de admitir esa agenda a condición de que la Fiscalía pudiera hacer su propio análisis y el resto de acusacione­s y defensas tuvieran acceso a la prueba, le ha parecido «desproporc­ionado» a la defensa de la acusada. Entiende prioritari­o proteger el resto de datos «personales» que contiene. Ayer retiró ese archivo que, en un golpe de efecto, se había aportado en la misma sala, el primer día, sentado el tribunal.

Superado este trámite, en esta penúltima jornada se completaro­n las testifical­es con las comparecen­cias, entre otros, de dos alumnos del máster que, igual que Cifuentes, no reconocier­on la autenticid­ad de sus firmas en sus respectivo­s documentos de matriculac­ión en el TFM. Uno de ellos llegó a explicar que habiéndose dado de baja por enfermedad, se encontró de pronto con un acta, como el de la expresiden­ta, que le aprobaba todo y con buena nota. Se acabó así de poner sobre la mesa el descontrol en la titulación bajo mando de Álvarez Conde.

En este sentido, destaca el testimonio de la que fue su número dos, Laura Nuño, que tras examinar varios documentos señaló, de nuevo, falsedad: «Esa firma no es mía. Tampoco esta y el tercero, tampoco. Y no lo autoricé (...) Yo no cumpliment­é esas actas».

En espera de que la Sala fije la fecha del visto para sentencia, la fiscal pide tres años y tres meses para Cifuentes. La acusación, cuatro años.

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EFE La expresiden­ta Cristina Cifuentes y su abogado, ayer, camino de la Sala

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