ABC (Nacional)

Así se gestó el juramento del Heredero de la Corona ante las Cortes hace 35 años

Casa del Rey, Gobierno y Congreso regularon un acto que se repetirá con la Princesa

- ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS MADRID

El Rey cumple hoy 53 años, pero su cumpleaños más relevante lo vivió hace 35 años, cuando alcanzó la mayoría de edad y prestó juramento de la Constituci­ón como Príncipe de Asturias ante las Cortes Generales. Fue una ceremonia histórica de gran valor jurídico y simbólico que servirá de precedente a la que se celebrará dentro de dos años y medio, el 31 de octubre de 2023, cuando su hija, la Princesa de Asturias, cumpla 18 años.

Treinta y cinco años después, ABC desgrana cómo se reguló aquella ceremonia que iba a estrenar el artículo 61.2 de la Constituci­ón de 1978 y que, circunstan­cialmente, sirvió también para escenifica­r la lealtad del PSOE a la Corona, pues entonces los socialista­s gobernaban por primera vez con la Monarquía.

En aquel momento se revisaron los precedente­s históricos y el derecho consuetudi­nario, y se debatió sobre la naturaleza del acto, sobre cómo debía escenifica­rse, la fórmula del juramento, quién debía recibirlo, las posibles intervenci­ones y hasta si el Príncipe debía vestir de civil o lucir el uniforme militar, aunque al final fue de chaqué. Lo que la Casa del Rey tenía muy claro es que quería un acto sencillo y austero dentro de la solemnidad.

Hubo varios borradores y la decisión final fue fruto de numerosas reuniones y negociacio­nes entre las tres partes involucrad­as: la Casa del Rey, el Gobierno y las Cortes Generales. Vigente todavía el espíritu de la Transición, en aquel momento había un gran sentido institucio­nal, pero aún así hubo que limar «ciertas diferencia­s» entre los protagonis­tas de estas negociacio­nes: Sabino Fernández Campo, secretario general de la Casa Rey; Felipe González, presidente del Gobierno; Gregorio Peces-Barba, presidente del Congreso de los Diputados; Virgilio Zapatero, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, y Luis María Cazorla, letrado mayor de las Cortes Generales.

Todo arrancó en octubre de 1985, cuando Peces-Barba encargó al letrado mayor que se pusiera a trabajar en el juramento del Príncipe para dar cumplimien­to al artículo 61 de la Constituci­ón. «Se trataba de un hecho constituci­onal crucial, pero estaba muy poco regulado. Lo primero que se debatió fue la naturaleza del acto», recuerda el abogado del Estado y letrado de las Cortes Luis María Cazorla. «¿Era un acto parlamenta­rio o gubernamen­tal? ¿Quién debía recibir el juramento: las Cortes o el ministro de Justicia como Notario Mayor del Reino?». Al principio, «el Gobierno tenía una visión gubernamen­tal, y la de Peces-Barba era radicalmen­te parlamenta­ria».

Aunque se elaboró un borrador con los precedente­s históricos, solo sirvió como orientació­n. «Se llegó a la conclusión de que era un acto radicalmen­te parlamenta­rio y, como consecuenc­ia, debía celebrarse en las Cortes Generales, que serían las que recibieran el juramento del Príncipe como representa­ntes del pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado y en el que reside la soberanía nacional», añade Cazorla. Por lo tanto, ese acto no necesitaba el refrendo del Gobierno ni acta del ministro de Justicia. «El refrendo lo darían las Cortes, la propia Cámara ejercería de notario y el acta sería el Diario de Sesiones del Congreso».

También se barajaron varias versiones del juramento que debía hacer el Príncipe. Algunas incluían referencia­s al hecho histórico o al simbolismo de la ceremonia, pero se descartaro­n y se eligió la más elegante y austera: «Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constituci­ón y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidade­s Autónomas y fidelidad al Rey».

González, en el estrado

También hubo varios borradores del ceremonial porque se negoció a tres bandas, hasta que se encontró «una solución equilibrad­a». Al final, solo habría un discurso, el de Peces-Barba, pero el presidente del Gobierno ocuparía un lugar destacado en el estrado, a la izquierda del Príncipe.

La ceremonia apenas duró veinte minutos. En primer lugar, el letrado mayor de las Cortes leyó el acuerdo del Consejo de Ministros del 27 de diciembre de 1985, en el que el Gobierno tomaba conocimien­to de que el Príncipe iba a alcanzar la mayoría de edad –lo acreditó el ministro de Justicia como encargado del Registro Civil de la Familia Real– y solicitaba al Congreso y al Senado la convocator­ia el 30 de enero de una sesión extraordin­aria conjunta para la toma del juramento.

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ABC Ceremonia del juramento del Príncipe de Asturias ante las Cortes el 30 de enero de 1986
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JOSÉ RAMÓN LADRA Luis María Cazorla, en su despacho, que fue el de Suárez

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