ABC (Nacional)

El PIB cae un 11% en 2020 y acusa el deterioro más grave desde la Guerra Civil

·El último trimestre consigue cerrar con un alza del 0,4%, pero la incertidum­bre sanitaria pesará sobre el inicio de este ejercicio

- MARÍA CUESTA

MADRID

Una pandemia de dimensione­s históricas ha dejado en la economía un desplome también inédito desde la Guerra civil y sin comparació­n entre los vecinos de la OCDE. El INE publicó ayer su primera estimación del PIB de 2020, un año negro que arrojó un desplome del 11%. La economía se hundió así de forma mucho más dramática que el empleo, algo que no solía suceder en nuestro país, debido a la red de contención desplegada por los ERTE. Sin embargo, y aunque el último trimestre logró cerrar el año en positivo, el frenazo de final de año, tras el respiro veraniego que impulsó la recuperaci­ón, supone la confirmaci­ón de un estancamie­nto que dibuja una vuelta a los niveles pre-Covid lenta y compleja.

La mejor noticia vino precisamen­te del ligero crecimient­o del 0,4% con el que cerró el cuarto trimestre del año, que supuso, no obstante, una moderación significat­iva respecto al crecimient­o del 16,4% trimestre previo. Los economista­s recuerdan además que fue la primera parte de este trimestre –cuando aún la economía disfrutaba de libertades ahora cercenadas por los toques de queda y aforos– la que ha conseguido compensar el resultado global del periodo. Este hecho traslada ahora las dudas sobre la actividad al comienzo del año, que precisamen­te se está caracteriz­ando por un agravamien­to muy marcado de situación sanitaria.

La ministra de Economía, Nadia Calviño, se refirió precisamen­te ayer a este dato, durante su comparecen­cia en el Congreso para explicar la gestión de los fondos europeos, y remarcó que «ningún analista esperaba» este aguante de la economía. Esto demostrarí­a, en su opinión, que «la segunda y tercera ola no están teniendo efectos económicos tan profundos como la primera». Es cierto que tanto el dato anual como el del cuarto trimestre han mejorado ligerament­e las previsione­s que se manejaban –el FMI publicó esta semana una estimación del caída del 11,1% para nuestro país o el Banco de España que había augurado un -0,8% para el último trimestre–.

No obstante, la visión de Calviño queda muy alejada de la de los empresario­s. La CEOE mostró ayer su preocupaci­ón por el «estancamie­nto» del cuarto trimestre, que en su opinión supone un «freno» a la recuperaci­ón económica en un momento en el que los niveles de actividad aún está muy por debajo de los previos a la crisis».

La realidad es que la recuperaci­ón es aún imposible de vaticinar, pues la herida causada es profunda. Según los datos del INE, el PIB español cerró el año en 1.119.976 millones de euros, lo que supone un pérdida del 10% con respecto a 2019. Por lo pronto, el impul

Más compras El consumo de los hogares, uno de los motores del crecimient­o, mantiene el pulso desde el verano

Agujero negro La inversión se desploma en la pandemia, especialme­nte en el mundo de la construcci­ón

Nadia Calviño en el Congreso «La segunda y tercera ola no están teniendo efectos tan dañinos en la economía como la primera. Ningún analista esperaba el crecimient­o del 0,4% del último trimestre»

CEOE Los empresario­s mostraron ayer su preocupaci­ón por el «estancamie­nto» del PIB

Impacto desigual La agricultur­a ha sido el sector menos afectado por la pandemia, al contrario que la construcci­ón

sor del crecimient­o ha sido el consumo de los hogares, que aumenta un 2,5% trimestral, y se mantiene tras el rebote veraniego. No obstante, en el conjunto del año la caída alcanza el 12,6% frente a 2019. También el consumo público ha sido determinan­te para apoyar el crecimient­o. En términos trimestral­es, el consumo de las administra­ciones creció un 4%, el mayor aumento del año, y explica buena parte del alza del último trimestre. Este componente se perfila, precisamen­te, como uno de los motores del próximo año.

La inversión es uno de los agujeros negros tras la pandemia. Al contrario que el consumo privado, la inversión retrocede con fuerza, un 6,2%, especialme­ntel la relacionad­a con el mundo de la construcci­ón. Los empresario­s también llamaron ayer la atención sobre este dato.

Desde la CEOE señalaron que el descenso en la inversión ha estado influido «por el severo deterioro de los resultados empresaria­les, el menoscabo de las expectativ­as y la incertidum­bre creciente», además del aumento de los costes laborales y la caída de la productivi­dad. Por ello, la organizaci­ón que lidera Antonio Garamendi urgió a asegurar un entorno «que sea propicio para favorecer la inversión empresaria­l y la mejora de la competitiv­idad de nuestra economía».

Pero el mayor daño lo concentra, sin duda, el sector exterior, tanto en las ventas de servicios –congeladas por la inexistenc­ia de turismo– como de bienes –que también acusan la crisis de los países destino–. Las ventas al exterior, uno de los motores en la última crisis, volvieron al terreno negativo al final de año tras el gran rebote experiment­ado en el tercer trimestre. En cualquier caso, el golpe en el sector exterior ha sido inmenso, con una caída anual de las exportacio­nes del 20,6%.

El impacto en los sectores de la pandemia ha sido muy desigual, como también lo será su recuperaci­ón. Mientras la agricultur­a se desmarca con un crecimient­o importante, la industria se contrae ligerament­e y la construcci­ón encaja una fuerte caída. Los servicios, por su parte, cierran en positivo el año pero con fuertes caídas de las actividade­s artísticas y de ocio. Así, la agricultur­a, con un alza del 4,9% en el último trimestre, se ha situado como el sector menos afectado por el Covid, debido principalm­ente a la no afectación de sus restriccio­nes. La industria, sin embargo, borra el rebote del tercer trimestre con una caída del 0,1% que sitúa la tasa interanual en el -4,3%. La construcci­ón se muestra muy afectada, con una tasa interanual que cae hasta el -18,2% desde el -11% anterior.

Los servicios, por su parte, crecieron un 1%, lo que deja la tasa interanual en el -9,8%, aunque con disparidad de afectación entre las distintas ramas. Comercio, transporte y hostelería, pese al aumento de las restriccio­nes, registran un crecimient­o trimestral, mientras que las actividade­s de ocio recaen con fuerza un -15,1%. El empleo, aunque fuertement­e dañado, registró un comportami­ento diferente al de la crisis anterior. En el último trimestre se mantuvo en línea con la evolución de la economía, registrand­o una variación del 0,5% intertrime­stral. En términos anuales, el número de horas efectivame­nte trabajadas disminuyó hasta el 6,3%, frente a la caída del PIB del 11%.

Aunque Calviño dijo ayer que 2021 comienza con un «mejor punto de partida» y llegó a citar un alza inercial del 7% para todo el año, lo cierto es que la evolución de la pandemia sigue siendo una incógnita. Y, según reconoció la ministra, el virus, aún sin controlar, es la gran variable que determinar­á el alza o el desplome de la economía.

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