Pantoja tuvo un día bigote, Julián Muñoz
LA ESPUMA DE LOS DÍAS LUNES
Lo que pasa con la familia Pantoja es que sabemos dónde empieza, pero no dónde acaba. Quiero decir que aquí no están solamente Kiko Rivera y Chabelita, sino las novias o novios de estos, los hermanos de Kiko, el cabaré de la telerrosa, y hasta Paquirri,o Maite Zaldívar o Julián Muñoz, que acaba de animar el asunto con una frase de alcance: «Yo también me pregunto dónde está el dinero de Isabel Pantoja». En la familia Pantoja, tan creciente, el futuro se parece siempre al pasado. Les suele ocurrir lo que ya sabemos. O intuimos. La Pantoja consta de sí misma, y luego un ramo de espontáneos, que no la adornan de guapa, precisamente, empezando o acabando por Kiko Rivera, ese rapero del reproche. A veces nos parecen gentes de ficción, acaso porque lo son. Pantoja tuvo un día bigote, Julián Muñoz, y se paseó mucho por Marbella de alcaldesa consorte, y él de folclórica macho, con los pantalones de tiro alto y chulería de dueño del cortijo del amor con volantes. Qué tiempos tan remotos, y tan cercanos. De esa misma época ha resucitado Maite Zaldívar, para avalar a Kiko, aunque a nosotros Maite siempre nos lleva a su frase insuperable, de cuando su marido, Isabel y ella misma eran una pareja de tres, digamos: «A Julián no puede gustarle Isabel, porque le falta culo». La Pantoja ha llegado al virtuosismo de ser un programa de televisión sin pisar la tele. Tiene el mérito indescifrable de los famosos planetarios, que es estar sin estar. Resulta un tema chollo, para el folclore de trifulca. Cuando ingresó en la trena, no desapareció, sino todo lo contrario. Estuvo por ahí, a diario, en las teles y en el papel, donde se narraba la vida y obra de la folclórica en la cárcel, que fue un serial de mucha amenidad. Ahora vuelven los que nunca se han ido. Pantoja ya no es sólo la última folclórica, y la viuda de España, sino la mala de las películas de plató. Un bolo pendiente para los enemigos íntimos, que no cesan.
LPOETISA DEL TANGA Georgina mola y resulta siempre una alegría verla en Instagram
a entrevista de Isabel Gemio a María Teresa Campos viene durando dos semanas. No puede haber mayor éxito, para entrevistadora y entrevistada. Yo no veo tema mayor aquí, salvo que las dos tienen un genio. Gemio, y Campos, son dos temarios de éxito, para la tele, como Pantoja, porque tienen mucha gente que las ama como si las odiara. O al revés.
Pamela Anderson ha celebrado su quinta boda. Igual da citar o no citar al marido, porque ella se casa o descasa como la que cambia de biquini. El anterior marido le duró diez días. Un amigo golfo, y sabio, siempre advertía, en tertulia, que una de las virtudes mayores del matrimonio es que incluye la felicidad de poder divorciarse. Yo creo que Pamela sigue este lema, aunque no lo conozca. Se casa por el placer de divorciarse. Le han durado siempre más los bañadores que los hombres.
Demi Moore ha desfilado en París, para Fendi, y ha dado un susto. De tan reoperada, vagamente se parecía a ella misma. Las famosas, extranjeras o no, pillan mucho vicio con la cirugía plástica, y acaban cumpliendo ese día cruel e inevitable en el que salen del quirófano mucho peor que entraron. Convendría ir dando el alta de quirófano incluyendo una renovación del deneí.
Georgina Rodríguez Hernández es Georgina, mujer de Cristiano Ronaldo. Acaba de cumplir 27 años la chavala. Y nos ha regalado un reportaje en Instagram, incluyendo tarta. Georgina triunfa siempre en Instagram, porque es poetisa del tanga. Del tanga propio. Georgina, si nos fijamos bien, es también futbolista, como su novio, sólo que futbolista del fútbol a su manera, que es una especie de narcisismo sin balón, y con la ropa justísima, y ajustada. Para las fotos del cumpleaños ha elegido salir vestida, pero yo la recuerdo en algún cromo inolvidable de Instagram, mientras tendía ropa en un cordel, con el tanga en primer plano. Un tanga colocado
Pamela Anderson
sobre ella misma, donde corresponde, no sobre el cordel de la colada. A pie de la estampa colocó una síntesis lírica: «Con los paños al aire». A Georgina yo creo que no le hacemos justicia, porque Cristiano viene de ser novio de Irina Shayk, y nos parece, en principio, que Georgina es asunto algo menor. Pero Georgina es un pibón de importancia, y tiene un cuerpo de monumento, aunque no trabaje en las pasarelas, y no tenga el exotismo de rusa, como Irina. A Georgina no acabamos de tomarla del todo en serio, porque parece una suplente de Irina, y por supuesto de Cristiano, que es el amo de Instagram. Pero la chavala mola, y resulta siempre una alegría en Instagram, entre el liguero de gimnasio y el tanga de bufanda.