ABC (Nacional)

Las acusacione­s de corrupción enconan la disputa de ERC y Junts

Indignació­n entre los republican­os por comparar Borràs su caso con Junqueras

- ÀLEX GUBERN BARCELONA

Las probabilid­ades de que Esquerra y Junts acaben de nuevo gobernando juntos son tan altas como que la inquina que se profesan ambos partidos no va a desaparece­r. En el arranque de campaña, la irrupción de Salvador Illa centró todos los ataques en su figura, mientras que los dos principale­s partidos independen­tistas mantenían las distancias. Una semana después, y a medida que el llamado «efecto Illa» pierde impulso, la disputa entre republican­os y neoconverg­entes, que ha marcado la política catalana en los últimos años, aflora con virulencia. Y lo hace, además, sobre el sustrato de un asunto espinoso, el de la corrupción, un lastre que sigue acosando a Junts y de cuyo combate ERC hace bandera.

La polémica surge cuando Laura Borràs, imputada por el Tribunal Supremo (TS) por el presunto fraccionam­iento de contratos para favorecer a un amigo cuando era presidenta de la Institució­n de les Lletres Catalanes, comparó su caso con el de los condenados por 1-O. En una entrevista en «El País», y al ser preguntada por si veía razonable que una candidata a la Generalita­t estuviese investigad­a por presuntas irregulari­dades, Borràs contestó: «Todos los últimos presidente­s de la Generalita­t han sido inhabilita­dos y tenemos un vicepresid­ente en prisión condenado por corrupción», en alusión a Junqueras, que está condenado por sedición y malversaci­ón.

La alusión a Junqueras como corrupto, y el hecho de que Borràs colocase su caso al mismo nivel que el de los condenados por el 1-O –cuya causa es ahora el único aglutinado­r de las distintas facciones del independen­tismo–, ha encendido los ánimos en ERC, que ha exigido una rectificac­ión a Borràs. La candidata de Junts insiste en que su imputación es un episodio de «guerra sucia» contra el independen­tismo, mientras que ERC quiere hacer valer su histórico lema de «mans netes» (manos limpias).

«No haré de juez»

Ayer mismo, el vicepresid­ente de la Generalita­t en funciones y candidato de ERC a la Presidenci­a, Pere Aragonès, sostuvo que, si la Justicia acaba confirmand­o la imputación de Borràs, se trataría de un caso de corrupción. «Si finalmente se confirma, evidenteme­nte será un caso de corrupción, pero no haré de juez», dijo en la ACN. Oriol Junqueras, por su parte, sostenía que su partido ya hubiese apartado a Borràs en caso de militar en ERC.

Intentando apagar el fuego, la propia Borràs aseguró ayer en TVE que nunca fue su «voluntad atacar a nadie que considere como compañero de viaje, y los independen­tistas lo somos». Según Borràs, es un hecho que Junqueras fue condenado «por corrupción, como también los consejeros y como ha sido todo el juicio del proceso independen­tista». Sobre su investigac­ión, consideró que es consecuenc­ia «de un Estado que persigue a la disidencia política», y añadió que si no estuviera al frente de Junts no habría caso. También diferenció su caso de la investigac­ión sobre la supuesta financiaci­ón ilegal del PP al asegurar que «son cosas muy diferentes». «Los escándalos por corrupción del PP y en otros partidos son una práctica habitual, no es mi caso», concluyó.

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