Baleares se queda otro curso escolar sin libre elección de lengua
El Parlament veta una moción que recuperaba la opción de escoger entre el castellano y el catalán
Las familias de Baleares no podrán elegir, un curso más, entre el castellano y el catalán. PSOE, Podemos y los nacionalistas de Més, que conforman el Gobierno tripartito en las Islas, se oponen a recuperar la casilla del español en los formularios de preinscripción de los colegios. Esta opción, implantada por el PP en 2013 y suprimida por el Ejecutivo de la socialista Armengol cuando llegó al poder en 2015, permitía a los padres escoger la lengua de la primera enseñanza, es decir el idioma en que aprenden a leer y escribir sus hijos hasta segundo de primaria.
El Parlament balear, con los votos en contra de PSOE, MÉS per Mallorca, Unidas Podemos, el partido regionalista PI y el Grupo Mixto, rechazó ayer una proposición no de ley relativa a la libre elección de lengua en la primera enseñanza. Votaron a favor PP, Ciudadanos y Vox. El PP presentó esta propuesta, en la comisión de educación, para pedir que a partir del próximo curso se reconozca a los padres este derecho contemplado en la Ley balear de Normalización Lingüística de 1986 y en varias sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
La diputada del PP Núria Riera defendió el derecho de los niños a iniciar el aprendizaje en su lengua materna y a que se establezca un equilibrio de
Un derecho El PP la implantó en 2013 y el Govern socialista de Armengol la eliminó nada más llegar al poder
las lenguas oficiales a lo largo del proceso educativo para que los niños finalicen la etapa educativa conociendo las dos por igual.
Riera también solicitó una modificación del polémico impreso de escolarización para añadir la opción de enseñanza en español y suprimir otra donde se obliga a los padres a «respetar» el proyecto lingüístico de los colegios que, en casi todos los casos, utilizan el catalán como lengua vehicular.
Falta de libertad
El documento actual que reparten los centros obliga de facto a los progenitores a renunciar a su derecho de elegir la lengua de enseñanza de sus hijos y les hace acatar el proyecto lingüístico antes de matricularlos. Además, este formulario trampa evita al Ejecutivo de la socialista Francina Armengol posibles denuncias posteriores ante la justicia por parte de las familias, como ocurrió con el padre de Ibiza Francisco López y María Carrasco, la primera madre de Baleares que llevó esta cuestión a los tribunales.
El PSOE ha negado la falta de libertad por parte de los padres y defiende la autonomía de los centros para diseñar sus proyectos lingüísticos. «Se puede elegir en consecuencia», destacó su diputado Joan Mascaró. Podemos rechazó la propuesta al considerar que esta iniciativa pretende diferenciar una educación «de ricos y pobres», mientras que desde Més consideran que el objetivo de propuesta responde a una «obsesión enfermiza» contra la lengua catalana y crearía guetos lingüísticos, «que llevarían al desconocimiento de la lengua catalana».
El partido regionalista PI consideró innecesaria esta iniciativa porque «el castellano no está en riesgo de desaparecer», ya que es una de las lenguas más habladas del mundo y, además, «se aprende a través de los medios de comunicación» y en el entorno social. Desde el Grupo Mixto, acusaron al PP de hacer propaganda y «practicar un victimismo de la lengua dominante», lo que ha considerado que es una actitud «propia de los sistemas totalitarios». Ciudadanos defendió la elección de lengua y la vehicularidad del castellano en la enseñanza para que se deje de «atacar al bilingüismo» en el ámbito educativo. Por último, Vox señaló que la libre elección de lengua es una solución a un problema real que se sufre desde hace 20 años en Baleares, como es el hecho de escolarizar a un niño en castellano. «Es imposible», insistió Jorge Campos, que cree que la libre elección de lengua debería extenderse a todas las etapas educativas.