LA UE RECONOCE SU FALTA DE PREVISIÓN EN LA COMPRA DE VACUNAS
La presidenta de la Comisión asume que fueron «demasiado optimistas con la capacidad de producción» y subestimaron las dificultades de la fabricación en masa
Los principales grupos políticos, populares, socialdemócratas, liberales y verdes, apoyaron ayer la gestión en la compra de vacunas de la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula Von der Leyen, en una comparecencia parlamentaria en la que esta última reconoció a su vez que su análisis fue «demasiado optimista» al confiar que las farmacéuticas serían capaces de entregar a la UE las cantidades a las que se habían comprometido en los contratos de suministro. Todos los grupos políticos coincidieron en todo caso en reclamar a la Comisión una mayor transparencia respecto a los contratos con los laboratorios.
Von der Leyen anunció la creación de un comité de enlace con el Parlamento, para que los diputados tengan acceso a la mayor información posible en todos los trámites relativos al plan de vacunación. Para reforzar ese compromiso, también ayer se hizo público el contrato firmado con los laboratorios Sanofi y GSK para la compra anticipada de vacunas, aunque, como en los casos ya publicados de CureVac y AstraZeneca, aparece con las partes confidenciales censuradas por exigencias de los laboratorios.
«Demasiado optimistas»
En su intervención inicial reconoció «errores», el principal de ellos que en la Comisión «hemos sido demasiado optimistas con la capacidad de producción y quizá estábamos demasiado seguros de que lo que habíamos encargado y pagado se nos iba a entregar a tiempo. Globalmente hemos subestimado las dificultades que lleva la producción en masa». Al mismo tiempo, insistió en que de no haber puesto en marcha esta política de compras conjuntas a escala comunitaria, la Unión Europea se habría resentido en sus cimientos. «En lo que estoy totalmente convencida de que estaba bien, y está bien, que los europeos pidiéramos nuestra vacuna conjuntamente y que ahora la compartamos con espíritu de solidaridad. No quiero ni imaginar lo que hubiera significado si algunos Estados miembros importantes hubieran asegurado la vacuna mientras que el resto se hubiera quedado con las manos vacías y en la cuneta. ¿Qué habría significado eso para nuestro mercado interior y para la unidad europea? No habría tenido ningún sentido económico. Y hubiera significado el fin de nuestra Comunidad». Además, Von der Leyen dijo que «la misma solidaridad debe mostrarse también con nuestros socios en todo el mundo para detener la propagación del virus y reducir la probabilidad de mutaciones. El acceso a las vacunas para los países más pobres tiene tanto que
ver con nuestro propio interés como con la solidaridad. Y Europa es uno de los mayores contribuyentes a Covax [el mecanismo internacional para proporcionar dosis a todo el mundo] que comenzará a entregar vacunas a partir de este mes».
Nueva red de ensayos
La presidenta ha reivindicado también en su discurso la apuesta por la seguridad de los ciudadanos que van a recibir la vacuna. «Hemos optado por no escatimar esfuerzos en cuanto a seguridad o eficacia. Creo que no hay que hacer concesiones cuando inyectamos una sustancia biológicamente activa en una persona sana. Y por eso confiamos en el procedimiento de evaluación seguido por la Agencia Europea de Medicamentos, aunque eso significa que la aprobación lleva de tres a cuatro semanas más. Y ese tiempo extra es una inversión crucial para la confianza y la seguridad» de los europeos. Sin embargo, Von der Leyen también aseguró que había aprendido la lección para mejorar ese calendario «si mejoramos el procedimiento en que se comparten los datos de los ensayos clínicos con la EMA y para ello ahora estamos creando una nueva red europea de ensayos clínicos. Al mismo tiempo, la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, trabajará en un marco regulatorio que permitirá a la EMA examinar las vacunas lo más rápidamente posible». A ello se suma la decisión de ampliar los medios de los que dispone el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, en la mejora de los procesos industriales necesarios en la producción de las vacunas. Este último se ha comprometido a lograr que «en cuestión de año y medio o dos años, la UE sea totalmente autónoma en el campo de la investigación y producción de vacunas».
El portavoz del grupo Popular, Manfred Weber, dijo que apoyaba la gestión de la presidenta y de la comisaria de Sanidad Stela Kyriakides y propuso que se destinen 10.000 millones de euros de los fondos contra la crisis para aumentar la producción de vacunas en Europa. «La única estrategia aceptable ahora es hacer lo que sea necesario. Nada de lo que podamos hacer es más caro que el costo humano y económico de esta pandemia. Debemos actuar más rápido y pensar en grande», dijo Weber en una referencia a lo que proclamó en su día el entonces presidente del BCE, Mario Draghi, acerca de que haría «lo que sea necesario» para salvar a la moneda única.
La portavoz socialista Irache García también consideró que no es el momento de las críticas a la Comisión, sobre todo sabiendo que «no parece que el sálvese quien pueda sea la mejor solución» aunque exigió a la presidenta que fomente las alianzas entre las farmacéuticas para que aumente la producción de vacunas y que «sea muy transparente sobre esa gestión en la que se han invertido 2.700 millones de dinero público europeo y 700 millones por parte de los países miembros». El portavoz de los liberales, Dacian Ciolos, explicó que «el apoyo no debe ser confundido con desinterés, porque cada retraso debe ser explicado y algún día habrá que analizar qué cosas podían haberse hecho mejor».
U.VON DER LEYEN
PRESIDENTA DE LA CE
«Hemos optado por no escatimar esfuerzos en la seguridad de las vacunas. Es crucial»