ABC (Nacional)

TARDONES EN TODO

Lo mismo las ayudas directas a empresas ya no sirven

- MARÍA JESÚS PÉREZ

ALGUNOS van a tener que estudiar más que matemática­s, o si me apuran hasta geometría, para afrontar la que se nos viene encima. Vienen ya no curvas, se avecina un carrusel de idem porque las medidas implementa­das, a un año casi vista, no parece que hayan tenido los resultados previstos, y otras que se demandan, a estas alturas, lo mismo ya tampoco son la solución. Vamos tarde, para variar. El gen español. El caso es que, por ejemplo, en el año de la pandemia se han disparado un 36% los concursos de acreedores en un sector clave para la economía española: la hostelería. Un mazazo que ha causado ya la pérdida del 20% del empleo, 237.000 puestos hosteleros al garete. Negocios muchos de ellos anestesiad­os aún por los ERTE. Hoy uno de cada tres ocupados acogidos a estos expediente­s son de hostelería. Si se suma empleo destruido y trabajador­es en ERTE la cifra se va a 600.000. ¿Algo más que poder hacer o seguimos pensando?

Siguen sin llegar las ayudas directas o bajada del IVA a la hostelería que piden hosteleros, autónomos y políticos de la oposición, y lo que viene como consecuenc­ia es un aluvión de demandas contra el Estado y contra las regiones. Más dinero que pagaremos todos, claro. Y es que el daño patrimonia­l causado ante la imposibili­dad de ejercer con normalidad su actividad desde el pasado 14 de marzo es ya inaguantab­le. Ahorros para seguir tirando... cero. ¿Que por las buenas no? Pues tendrá que ser por las malas. Y en esas están, ya más de dos mil demandas. Y suma y sigue.

Mientras, en el Gobierno, diversidad de opiniones. Hasta casi ayer mismo se han limitado a recordar las medidas de apoyo aprobadas desde la irrupción de la pandemia como los ERTE, los préstamos con avales del ICO, la ayuda en el pago de cotizacion­es o incluso las moratorias en el pago del alquiler. Sin embargo, para las empresas no han sido suficiente­s. El Ejecutivo ha anunciado que podrían poner en marcha ayudas directas para los negocios en crisis pero solo a aquellos que fueran «viables». ¡Pues como tarden un poquito más no va a haber ni una!

Ahora bien ¿es buena idea tirar de ellas a estas alturas? Con matices y me explicó. España no tiene un gran margen financiero para otorgar ayudas directas a las empresas por nuestra situación de sobreendeu­damiento público. Al final, las deudas pasadas son las hipotecas de hoy –¿se acuerdan de eso de que dejamos una herencia fantástica de deuda galopante a nuestros hijos verdad?, pues eso– un mal endémico de nuestros gobernante­s que con las medidas ya en marcha, para más inri, puede ir a peor. Se han dado préstamos y, para nuestra desgracia, muchos no se podrán devolver, por lo que será el Estado quien tendrá que hacer fuertes desembolso­s de gasto público para cubrirlo, el equivalent­e mínimo al 5% del PIB. ¡Y el resto de Europa con las ayudas directas desde hace más de medio año implantada­s! Para el corto plazo, bien, tras un año, ¿tarde? Dichoso gen español. Tardones en todo.

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