ÚLTIMAS PROMESAS, PRIMEROS MIEDOS
Quedan cuatro días para las elecciones y superado el tradicional ‘y tú más’ de los debates televisivos, la campaña catalana transcurre por el periodo de las promesas de última hora, tan recurrente en cada recta final hacia las urnas. No se cansan Illa y su presunto efecto de prometer. Ha prometido tantas veces que no gobernará con los separatistas que apenas le quedaba ayer la promesa de que su gabinete en la Generalitat será paritario, apelando con ello al voto femenino. Por su parte, Aragonès, de ERC, se comprometió a destinar el 2 por ciento del Presupuesto de la Generalitat a la «cultura», así en general, lo que supone casi doblar el gasto en este apartado durante su augusta presidencia accidental. Ya se frotan las manos en TV3. Como las palabras se las suele llevar el viento, ahora mismo lo que más inquieta a los catalanes es la seguridad con la que acudirán a las urnas el domingo, con decenas de miles de contagiados o convivientes con ellos con permiso para romper su aislamiento para ir a su colegio electoral. Por eso de aquí al domingo se seguirán realizando simulacros de montaje de mesas electorales y votaciones con el objetivo de familiarizar a la población con las medidas de seguridad dispuestas en los colegios para evitar los contagios. No se terminan de fiar los catalanes de ese posible contacto con los votantes contagiados y por eso se ha disparado exponencialmente el voto por correo.