ABC (Nacional)

Biden denuncia el «creciente desafío militar» de China para los intereses de EE.UU.

·El presidente visita el Pentágono y rinde homenaje a la fuerte presencia de negros en los rangos inferiores

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Joe Biden se plantó ayer por primera vez en el Pentágono como presidente y comandante en jefe de EE.UU. Tras una larga carrera en Washington, conoce bien el paño: fue durante años presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y como vicepresid­ente de Barack Obama tuvo peso en la presencia militar de EE.UU. en Afganistán –se opuso al incremento de tropas que defendió la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton– e Irak, donde fue el punto de contacto de la Administra­ción Obama.

La de ayer fue una primera toma de contacto y una visita para, en palabras de los portavoces de Biden, «rendir homenaje a la rica historia de miembros del Ejército negro». Casi el 40% de los militares, con mayor presencia en los rangos inferiores, pertenecen a minorías raciales. Por primera vez desde la creación del Ejército de EE.UU., su líder será negro. Biden, que acudió al Pentágono junto a la vicepresid­enta, Kamala Harris, eligió para el puesto a Lloyd Austin, un general de cuatro estrellas retirado en 2016. Austin fue el militar que supervisó la retirada de tropas de Irak decretada por Obama y Biden entre 2010 y 2011.

Pero la parada en el Pentágono era para algo más que un discurso agradable y una previsible condena contra el reciente golpe militar en Myanmar. Biden aprovechó su discurso para dejar claro cuál será la gran preocupaci­ón de EE.UU. en el terreno militar: China.

«Tenemos que hacer frente al creciente desafío que supone China para mantener la paz y nuestros intereses en la región Indo-Pacífico y en todo el mundo», dijo el presidente, que además anunció la creación de un nuevo grupo de trabajo en el Departamen­to de Defensa centrado en el gigante asiático que definirá la estrategia y las operacione­s militares de ahora en adelante.

Fue la única potencia militar que Biden mencionó en su comparecen­cia, en una muestra de la importanci­a, no solo económica, que ha tomado China como rival global de EE.UU. El presidente también dijo que quería saber «todos los hechos» sobre el papel de China en la propagació­n del Covid-19 hace más un año.

La visita al Pentágono, en los primeros compases de su presidenci­a, servía también para buscar restablece­r la confianza entre la Casa Blanca y el ejército después de las turbulenci­as del mandado de Donald Trump.

Cambio de formas

Trump tuvo una relación ambivalent­e con los militares. Pasó de denigrarlo­s –«sé más sobre Daesh que los generales, creedme», «no saben mucho porque no están ganando», dijo sobre la cúpula militar en la campaña que le llevó a la Casa Blanca– a llenar su equipo de ellos. Eligió a los generales James Mattis (secretario de Estado), John Kelly (jefe de Gabinete) y H.R. McMaster (asesor de seguridad nacional) para poner orden en su Gobierno.

Todos acabaron dimitiendo y, en la recta final de su presidenci­a, descargand­o críticas y avisos de que Trump era una amenaza para la democracia. A su último secretario de Defensa, Mark Esper, lo despidió pocas semanas antes de dejar la Casa Blanca por haberse opuesto al uso del ejército para enfrentars­e a las protestas raciales del verano.

En campaña, Biden utilizó una informació­n de ‘The Atlantic’ que aseguraba que Trump había llamado «perdedores» y «pringados» a los estadounid­enses que habían muerto en la Primera Guerra Mundial. Atacó al entonces presidente y sacó sus galones de ser de familia militar: su hijo, Beau, fallecido en 2015, fue a la Guerra de Irak justo cuando él llegó a la Casa Blanca como vicepresid­ente en 2009. «Biden es el primer presidente con lazos militares en 40 años, lo que le otorga una conexión personal con el papel importante del Ejército» defendió esta semana su portavoz, Jen Psaki.

«Nunca os faltaré al respeto, ni al honor, ni os politizaré», dijo Biden a los militares, en un dardo a su antecesor.

Esa relación se ha puesto a prueba nada más llegar a La Casa Blanca.

La elección de Austin viene acompañada del ascenso de dos mujeres a los rangos más altos del Pentágono. Kathleen Hicks es la nueva subsecreta­ria de Defensa, primera mujer en el cargo, y Kelly Magsamen es la jefe de gabinete de Austin.

Revisión de políticas

Nada más llegar a su cargo, el nuevo líder del Pentágono ha decretado una revisión de la presencia del extremis«¿Quién

Única mención Biden solo mencionó a China y dijo que quiere saber «todos los hechos» sobre el Covid-19

Buenas palabras «Nunca os faltaré al respeto», dijo a los militares, en una crítica encubierta a Trump

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El presidente Biden, en su discurso ayer en el Pentágono
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