‘THE RIGHT THING’ (LO CORRECTO)
¿Por qué el segundo ‘impeachment’ es tan importante para el Partido Republicano?
No por repetido contra un mismo ocupante de la Casa Blanca, resulta fácil entender la relevancia del segundo y apresurado juicio político iniciado en el Senado de Estados Unidos. La pregunta inevitable es para qué sirve esta nueva ronda de ‘impeachment’ con todas las papeletas para terminar más o menos como la primera vez: sin la requerida mayoría de dos tercios en la Cámara Alta para alcanzar un veredicto de culpabilidad.
La principal diferencia entre esta doble dosis de ‘impeachment’ es que el primero no fue para todos los públicos. Para entenderlo se necesitaban bastantes nociones sobre el espacio postsoviético, Ucrania, Donetsk, el cómico Zelenski, el tragicómico Putin, teorías conspirativas y el funcionamiento de la política exterior de Estados Unidos. Esta vez no se trata de algo tan abstracto. Ya que se está juzgando algo que literalmente todo el mundo pudo contemplar el pasado 6 de enero, pero con el agravante de coincidir con una profunda crisis epistemológica que ha debilitado lo que cualquier democracia debería considerar como un imprescindible bien público: la verdad y los hechos.
Entre las diferentes cuestiones en juego con este procedimiento destaca el futuro del Partido Republicano. Hay estudios académicos, y comprobada experiencia, sobre hasta qué punto las democracias triunfan o fracasan en función del nivel de responsabilidad que demuestran sus partidos más conservadores. Sobre todo, en la respuesta del centroderecha ante el dilema de alinearse o no con la extrema derecha.
El sistema político de Estados Unidos –diseñado precisamente bajo la obsesión de evitar la concentración y abuso de poder– ha fracasado peligrosamente una vez. Por eso resulta tan relevante que las instituciones no vuelvan a fallar por segunda vez, que se encuentre un remedio constitucional y que la integridad de la democracia americana no dependa de la buena fortuna. Pero para todo esto, los republicanos tienen que hacer ‘the right thing’ (lo correcto) y no lo que les resulte electoralmente más ventajoso a corto plazo.