ABC (Nacional)

Gabriel Matzneff, el escritor pedófilo, busca suscriptor­es para su nuevo libro

- JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONS­AL EN PARÍS G. MATZNEFF

Gabriel Matzneff, célebre escritor pedófilo, ha lanzado una suscripció­n para poder publicar, por cuenta propia, una respuesta al libro de una de sus numerosas víctimas, Vanessa Springora, que desveló el comportami­ento predador del personaje, lanzando un escándalo muy negro y sucio.

El libro de Vanessa Springora –‘El consentimi­ento’ (Lumen)– precipitó la caída implacable de un escritor cuya pedofilia había sido glorificad­a literariam­ente por las élites intelectua­les parisinas, como hemos contado en estas páginas en varias ocasiones. «Llevo muchos años dando vueltas en mi jaula –escribió la autora en el prólogo–, albergando sueños de asesinato y venganza. Hasta el día en que la solución se presenta ante mis ojos como una evidencia: atrapar al cazador en su propia trampa: encerrarlo en un libro». Después de aquello, uno tras otro, todos los editores de Matzneff decidieron anular y enterrar contratos de todos sus libros.

Apestado relativo

Un año después de la publicació­n del libro de Springora, Matzneff se ha convertido en un apestado relativo. Quienes lo adularon le han vuelto la espalda. Se ha quedado sin editor. Y corre el riesgo de perder privilegio­s administra­tivos. Matzneff sigue viviendo en un excelente piso subvencion­ado por la alcaldía de París y suele tomar café y comprar pasteles a la altura del metro Maubert, usando un sombrero rojo poco discreto, con una pinta de ‘espía’ avejentado, siempre colgado a su teléfono móvil. Y ha lanzado una suscripció­n para poder publicar ‘Vanessavir­us’, su respuesta a su antigua amante infantil, Vanessa Springora.

Matzneff pide a sus posibles lectores que paguen 100 euros por un ejemplar de la futura edición y 650 euros si quieren tener un ejemplar y un texto dedicado. La posible edición de la respuesta del escritor pedófilo dependerá del éxito de la suscripció­n. Si Matzneff encuentra muchos lectores potenciale­s, el libro podría imprimirse con relativa celeridad, en cuestión de días o pocas semanas. Si los eventuales lectores no muestra gran interés la edición podría demorarse. Vaya usted a saber.

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