ABC (Nacional)

Un adiós entre lágrimas y dudas

Serena Williams cae ante Osaka y se perpetúa la maldición del Grand Slam 24

- Tenis – Abierto de Australia LAURA MARTA

Igualar el palmarés de Margaret Court es ese sueño que impulsa a Serena Williams para levantarse a entrenar. En los últimos tiempos parece tornarse en pesadilla. Desde aquel Abierto de Australia de 2017 cuando levantó el título y, unos meses después, a su hija Olympia, la estadounid­ense no levanta otro grande. Desde aquel enero, el número 24 se ha ido esfumando en once ocasiones, incluyendo cuatro finales (Wimbledon 2018 y 2019, y US Open 2018 y 2019). La última oportunida­d ayer, en cuartos, por una Naomi Osaka que, por méritos, tenis y convicción, es digna sucesora de la estela que va dejando Williams.

A pesar de ese atropello a toda una Simona Halep en octavos, ayer Williams fue despachada por 6-3 y 6-4. Dolió tanto el cómo como el por qué. Otro Grand Slam de vacío. El peso de la responsabi­lidad, del objetivo diluido, se le clavó en el pecho a la estadounid­ense, incapaz de articular palabra por las lágrimas en la rueda de prensa de la que huyó poco después de preguntarl­e si había algo de adiós definitivo al salir de la Rod Laver Arena, con ese parón extraño antes del túnel, con la mano al corazón y un último vistazo al escenario donde ganó en siete ocasiones, donde la cuenta de éxitos profesiona­les se paró en 23. «El público australian­o es increíble, ha sido muy agradable verlos», despejaba antes de añadir: «Si decidiera retirarme no se lo diría a nadie».

Unos minutos más tarde, mensaje en las redes: «Seguidores australian­os, es un honor jugar frente a vosotros. Ojalá lo hubiera podido hacer mejor por vosotros hoy. Estoy para siempre en deuda y agradecida a cada uno de vosotros. Os quiero. Os quiero. Os quiero. Os adoro». Y aunque solo haya sido un desahogo tras una derrota dolorosa –«Tuve mis oportunida­des... pero he hecho tantos errores, errores tontos... tantos hoy», repetía– es cierto que son cuarenta velas las que soplará el próximo septiembre. No es por la edad, pues se ha encargado de minimizar esa circunstan­cia una y otra vez, sino por las rivales, que le han tomado la medida y hace tiempo que le perdieron el miedo. Osaka, que le ha ganado en tres ocasiones de cinco, con la final del US Open 2018 en el recuerdo, aspira al cuarto grande, segundo en Australia, mañana ante Jennifer Brady.

Novena final para Djokovic

El número 1 del mundo acabó por la vía rápida con la bonita historia de Aslan Karatsev (6-3, 6-4 y 6-2). Pletórico y sin recuerdo alguno de las molestias en el abdomen, confesó sentirse en el mejor momento del torneo. Son 20 partidos consecutiv­os ganados en Melbourne Park, desde aquel tropezón contra Hyeong Chung en octavos de 2018. Son ocho los títulos en la Rod Laver Arena, su jardín, y aspira al noveno ante Tsitsipas o Medvedev, que se juegan la otra plaza en la final hoy (9.30 h, Eurosport).

Futuro incierto La norteameri­ca huyó de la prensa llorando cuando se le preguntó si Australia era el adiós definitivo

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