ABC (Nacional)

Ilicic, atormentad­o por el virus

La estrella del Atalanta sufrió depresión por el Covid y se refugió en Eslovenia, como en la guerra de los Balcanes

- RUBÉN CAÑIZARES MADRID

Hace 48 horas, en un partido decisivo contra el Nápoles para asaltar la cuarta plaza de la Serie A y meterse en zona de Champions, Gasperini puso a toda su artillería sobre el verde. A casi toda. Josip Ilicic observó desde la grada cómo sus compañeros goleaban a los de Gattuso (4-2) y volvían a mostrar sus mejores sensacione­s a las puertas de una eliminator­ia histórica. Mañana, el Atalanta juega por primera vez en sus 113 años de vida contra el Real Madrid, y ahí si estará Ilicic, la estrella del equipo italiano.

Nacido en Prijedor en 1988 y de origen bosniocroa­ta, el jugador del Atalanta perdió a su padre con solo un año de edad y, poco después, la guerra de los Balcanes le llevó a junto a su madre Ana y su hermano Igor a huir de Bosnia. Se refugiaron en Eslovenia, patria de corazón y deportiva de Ilicic. De ahí su decisión de rechazar jugar para la selección croata y bosnia. Eslovenia le disfruta desde 2010, donde acumula 67 internacio­nalidades.

Justo ese año, Ilicic dio el salto al calcio. Bonifika, Interblock y Maribor fueron los tres clubes en los que Josip inició en Eslovenia su carrera profesiona­l, pero la mayor parte de ella la ha desarrolla­do en Italia. Tres temporadas en el Palermo (2010-2013), cuatro en la Fiorentina (2013-2017) y otras tantas en el Atalanta donde Gasperini ha sacado todo su talento.

Cinco kilos menos

Una explosión futbolísti­ca mezclada con problemas personales de toda índole que le llevaron a madurar en varias ocasiones una retirada prematura. El más reciente justo el pasado año, con el coronaviru­s golpeando su salud y su cabeza: «Ilicic tuvo coronaviru­s y lo sufrió mucho. La cabeza llega un momento que te explota y él cayo en depresión», desveló en otoño Papu Gómez, compañero suyo en el Atalanta hasta hace tres semanas y ahora en el Sevilla.

El delantero esloveno pasó el confinamie­nto en Bérgamo, la zona cero del covid en Italia, y estuvo con el equipo durante los primeros seis partidos tras el regreso de la liga italiana, pero ya no era el Josip Ilicic que tenía maravillad­a a media Europa y que había ajusticiad­o al Valencia en Champions

Infancia dura Huérfano de padre con un año, huyó de Bosnia con su madre y su hermano para no ser bombardead­o

2018 dramático Murió de un infarto su amigo Astori, y aprendió a andar y correr de nuevo tras sufrir una infección

con un póquer en Mestalla. Pesaba cinco kilos menos, había dejado de sonreír y su fútbol también había mutado a la tristeza que reflejaba su rostro. Y a mediados de julio dijo basta. Solicitó al club volver a Eslovenia junto a su mujer y sus hijas, causando baja en el tramo final de la Serie A y en la final a ocho de la Champions en Lisboa. Rumores de infidelida­d de su esposa, nunca contrastad­os y siempre negados por ambos, tampoco contribuye­ron a espantar sus demonios.

Otro episodio que le dejó marcado, en marzo de 2018, fue la repentina muerte por un paro cardiorres­piratorio del capitán de la Fiorentina, Davide Astori. Ambos labraron una gran amistad durante los cuatro años que el esloveno jugó con el equipo ‘viola’: «Su muerte me hizo sufrir. Durante mucho tiempo no pude dormir bien». Las lágrimas de Ilicic durante el homenaje en el aniversari­o de su fallecimie­nto evidenciar­on la pena que soportó el esloveno. Un dolor al que se le unió ver la propia muerte de cerca, tras serle detectado en agosto de ese 2018 una peligrosa infección en los ganglios linfáticos que le obligó aprender a andar y correr de nuevo: «Fue una recuperaci­ón muy complicada. Me convertí en un niño que no sabía moverme. Me aterraba irme a dormir y no volver a despertarm­e», explicó entonces, a la vez que en el vestuario le intentaban animar apodándole «abuela» de manera cariñosa: «Estoy muy mal, cansado a todas horas», le decía a su compañeros cada vez que le preguntaba­n cómo estaba.

La pérdida prematura de su padre, la guerra, la inesperada muerte de uno de sus mejores amigos, una grave enfermedad bacteriana, el coronaviru­s, la depresión y rumores de infidelida­d por parte de su mujer. No ha sido fácil la vida de Josip Ilicic, el genio atormentad­o del Atalanta que amenaza en la Champions al Real Madrid.

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EFE Ilicic, durante un partido del Atalanta esta temporada
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