Los disturbios en Barcelona dividen al gobierno de Colau
La división política por las manifestaciones en contra del encarcelamiento del rapero Hasel se trasladaron ayer al pleno del Ayuntamiento de Barcelona, ciudad donde la pasada semana se vivió una oleada de altercados de una gravedad solo superada por los hechos de Urquinaona en 2019. Los grupos fueron incapaces de consensuar una propuesta conjunta, poniendo unos el acento en la condena del encarcelamiento, y los otros en el de los incidentes generados.
En tono bronco, la sesión plenaria debatió conjuntamente cinco proposiciones, de las que solo dos salieron adelante. Una del partido de Colau, Bcomú (con el apoyo de los partidos independentistas), donde se pedía el indulto para Hasel, se condenaban los destrozos y se proponía una revisión del modelo policial. El socio de Colau en el gobierno municipal, Jaume Collboni (PSC), lanzó duros reproches contra independentistas y comunes. «Ustedes no están gobernando? ¿Ahora se dan cuenta que se tienen que reordenar los protocolos?», apuntó Collboni.
Una proposición de Cs que pedía el «apoyo firme» a la Policía y poner en marcha los trámites necesarios para que los autores de los daños en el mobiliario urbano paguen por los costes fue rechazada con los votos favorables del PP y BCN Canvi, y el voto en contra de ERC, Junts, Bcomú y PSC.
Por otra parte, el pleno municipal constató la fragilidad del gobierno Ada Colau, al ver tumbado su plan de actuación municipal con el voto en contra de toda la oposición.