‘Alba’ y el reto de contar una violación en pantalla
La serie que Atresmedia estrena mañana es uno de los últimos títulos donde la violencia sexual marca la trama
En la primera escena de ‘Alba’, la nueva serie de Atresmedia y adaptación de la turca ‘Fatmagül’, lo primero que ve el espectador es el mar al amanecer; lo segundo, el cuerpo de la actriz Elena Rivera (Zaragoza, 1992) tendido sobre la arena de la playa. «Es una chica normal y corriente que un día está de fiesta con su amiga de toda la vida y, a la vuelta de tomarse unas copas tranquilamente, la violan», resume ella. Defiende que ‘Alba’, cuyo primer episodio se estrena mañana en Atresplayer Premium, no dará lecciones, ni pretenderá ser más de lo que es. «Puedes hacer entretenimiento, pero hay un mensaje. Todas las series, dramas o comedias lo tienen y el de ‘Alba’ está muy a la orden del día», añade Eric Masip (Barcelona, 1995). Él interpreta al novio de la protagonista y, en un giro del piloto, se descubre que estuvo en la escena del crimen junto a sus tres amigos. El espectador se acordará probablemente del caso de La Manada. «Nosotros no planteamos el debate. Contamos los hechos y la lucha de esta chica para que se haga justicia», avanza su productor ejecutivo, Luis Santamaría, que garantiza que hablaron con víctimas y jueces para documentarse correctamente sobre estos procedimientos judiciales.
La emisión de ‘Alba’ coincide con el estreno en España del documental chileno ‘Visión nocturna’, donde su directora Carolina Moscoso (Santiago de Chile, 1986) recontruye su propia violación en una playa por parte de un chico al que señala con nombre y apellidos, a pesar de que nunca hubo juicio (ella se negó y después prescribió). No hay recreación ‘per se’ del momento; tan solo vídeos caseros del día a día de esta joven y unos textos con fondo negro y documentos que muestran el periplo médico, policial y judicial.
Representación
«En la historia del cine hemos visto las violaciones representadas por los varones. Me perturba mucho ver cómo se preocupan de iluminar perfectamente la escena, de que casi todo el suspense de la película sea llegar a la escena de la violación...», señala Moscoso. Para ella, la cuestión reside en las formas narrativas; es por eso que critica la serie chilena ‘La Jauría’ (Amazon), que comparte planteamiento con ‘Alba’. «No se puede hablar contra el poder con el mismo lenguaje del poder. Es muy fuerte ver cómo los varones crean historias de violaciones y la venganza de esa violación es matar al violador. Me imagino que eso es lo que haría un hombre si le pasara algo así. Nosotras también nos podemos vengar con pistolas, pero imaginamos cómo castigar o reparar esto de manera más compleja porque sabemos que no es un problema individual, sino sistemático», continúa. A Cristina Andreu, presidenta de CIMA (Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales), le parece pobre utilizar una violación para justificar el carácter obsesivo y cerrado de un personaje o una venganza, como Lisbeth Salander (Saga ‘Millennium’). «El fin no está en el castigo del culpable o en la sanción, sino en la reparación del daño, si es que se puede reparar de alguna manera...», añade la psicóloga Bárbara Zorrilla. Para la directora de ‘Visión nocturna’ era fundamental no generar espectáculo de la violación. Ocurrió precisamente con ‘Fatmagül’ (2010), cuyo momento más crudo en pantalla se viralizó. Según Cristina Andreu, no se puede erotizar dicha escena, ni que parezca que la mujer está teniendo placer, ni mostrar el deseo de él.
Para la psicóloga Bárbara Zorrilla, existe un concepto de violación muy restringrido: «Es lo que ocurre con un desconocido en un portal a punta de navaja, pero hay cantidad de violencia sexual cotidiana y la mayor parte se produce en la pareja». En ‘Podría destruirte’ (BBC/HBO), la protagonista recrimina a su ligue haberse quitado el preservativo sin su consentimiento. Una serie –para la psicóloga– que lo trata con mucho respeto es ‘Creedme’ (Netflix).«En ‘Creedme’ y ‘Podría destruirte’, las protagonistas tienen un pasado no convencional y se les juzga por ahí», añade Cristina Andreu.
«En ‘Creedme’ ella sabe que la han violado, pero como la tratan tan mal, se olvida del caso hasta que aparecen otras dos mujeres [policías] y saben hacer las preguntas adecuadas», continúa. El problema es que se escriben mujeres excelentes o inquebrantables, y esos no son referentes: «Para los hombres, muchas veces, eres víctima o heroína. La de ‘Podría destruirte’ es bastante petarda. ¿Y por eso se merece que la violen?».
CRÍTICA «Los hombres crean historias de violaciones, y su venganza es matar al violador»