ABC (Nacional)

El riesgo de repetir errores del Plan E sobrevuela los fondos de la UE

► Las dudas sobre la evaluación futura de los proyectos se suma a la insuficien­te ejecución de los recursos del marco financiero anterior

- JAVIER TAHIRI

España gestionará en los próximos seis años un imponente dinero de fondos europeos destinados a modernizar la economía en un esfuerzo de gestión que requerirá un trabajo colosal de la Administra­ción, pero que amenaza con repetir errores del pasado. La evaluación de los proyectos que se financien con los fondos europeos es una de las grandes incógnitas de los planes del Gobierno. La Autoridad Fiscal preveía crear una División de Evaluación que pudiera examinar los proyectos más ambiciosos pero, ante los recursos limitados con los que cuenta, ve «imposible» inspeccion­arlos todos. A ello se le suma la insuficien­te ejecución de los fondos que correspond­en a España del Mecanismo Financiero Plurianual 2014-2020: España es el país que menos ha ejecutado, con un 43%, aunque tiene hasta 2023 para gastar.

Según el reglamento europeo sobre el Mecanismo de Resilienci­a y Recuperaci­ón, España debe incluir en su plan de reformas y proyectos una explicació­n del modelo para prevenir, detectar y corregir casos de corrupción y conflictos de intereses y fraude en el uso de los fondos. Por el momento, el decreto 36/2020 agiliza los trámites y reduce ciertas gestiones de control para acelerar los proyectos, por lo que es una incógnita cuál será la evaluación, antes y después de su implantaci­ón.

El caso de la formación

«El problema es que el decreto ha agilizado los trámites, pero también habrá que refozar los controles, porque la historia de las subvencion­es en este país ya la conocemos, con casos como las ayudas a la formación. Con una parte de fraude, pero también con una parte de cambios de criterios que han generado una elevada litigiosid­ad en los tribunales, con reclamacio­nes millonaria­s», reflexiona el presidente del Consejo General de Economista­s, Valentí Pich.

En su informe sobre el borrador del decreto, el Consejo de Estado consideró que faltaban mecanismos de control y resaltaba su eliminació­n en aspectos como la contrataci­ón administra­tiva, los convenios y las subvencion­es. El Gobierno atendió algunas de estas sugerencia­s, pero también obvió otras como no pedir controles económico financiero­s y autorizaci­ones de Hacienda a convenios con financiaci­ón menor a seis millones de euros.

No se sabe qué van a hacer

«Esto agrava el peligro de que los proyectos no tengan mucho sentido, como ocurrió en el pasado. Es difícil valorar todo esto porque no se sabe lo que están haciendo y van a hacer», señala el director de Fedea, Ángel de la Fuente, quien añade que «más allá del control contable, la Intervenci­ón General de la Administra­ción del Estado no está para esto. Tampoco la Airef. Debería haber una institució­n para ello».

La Agencia Estatal para la Evaluación de las Políticas Públicas (Aeval) nació en 2007 pero su dependenci­a del Ministerio de Presidenci­a contribuyó a su posterior desaparici­ón en 2017. De hecho, el Plan E se desarrolló bajo su mandato. «La Aeval no estaba en proceso de hacer evaluacion­es ex ante, las hacía a posteriori», recuerda De la Fuente.

Ello resucita los fantasmas de los errores cometidos por planes de estímulo fiscal anteriores. El más cercano fue el llamado Plan E, que lanzó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero al inicio de la crisis financiera auspiciado por la comunidad internacio­nal para impulsar la creación de empleo con 13.000 millones en inversión pública.

El objetivo era «crear puestos de trabajo», en palabras del Gobierno de entonces, para lo que canalizó este volumen de recursos a ayuntamien­tos en 2009 y 2010. Según el Tribunal de Cuentas, el 70% de los proyectos no demostraro­n ser inversione­s de necesidad pública en los municipios que los acometiero­n.

El propio órgano de control constató años más tarde que se crearon

Descarte El Gobierno descartó hacer competir a las regiones para premiar a las que mejor ejecuten

empleos de pocos días para así inflar su impacto. Tras este esfuerzo público sin precedente­s equivalent­e a 1,2 puntos del PIB, el déficit se disparó al 10% por el aumento del paro y el hundimient­o de la recaudació­n y estalló la crisis de la Eurozona, sucediéndo­se los recortes.

Control del Gobierno

El Ejecutivo rechazó la propuesta del PP y Cs para crear una agencia independie­nte para gestionar los fondos. «Lo que se decide es que será el Gobierno, coordinado por la Oficina de Presidenci­a, y luego lo canalizará a los ministerio­s. A partir de aquí, el control último será del Ministerio de Hacienda y se ha reforzado la dirección de fondos europeos. Ese es el modelo por el que se ha optado», describe Pich.

Buena parte de la evaluación dependerá de la autorizaci­ón, o no, del plan de proyectos y reformas que hará Bruselas en abril, que el Gobierno presentará antes de la fecha, y que fuentes de La Moncloa definen como un «pulso entre funcionari­os» con la UE al aparato.

El Gobierno ha dormido el proceso ante el retraso desde Europa y ha desechado ideas que en su momento contempló, como hacer competir a las comunidade­s autónomas entre ellas para que se llevase más fondos quien mejor los ejecutase, señalan fuentes conocedora­s.

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