«No invertiríamos en regiones donde se controlen alquileres»
Miguel Pereda Presidente de grupo Lar La pandemia ha movido también los cimientos del sector inmobiliario y en el horizonte se encuentran amenazas como la ley de vivienda
MADRID
El año de la pandemia no será tampoco el mejor recordado en el mercado inmobiliario. Cuando parecía que el sector se había recuperado de la crisis del ladrillo, llegó la amenaza de otra. Bien sabe esto el presidente del grupo Lar, Miguel Pereda, que estrenó el cargo de la firma española con más de 50 años de historia el pasado mes de octubre, en plena ebullición de la segunda ola del Covid-19. Aunque con optimismo, a pesar del daño que la coyuntura del virus ha provocado sobre uno de los activos estrella de Lar, los centros comerciales, que ha obligado al grupo a renegociar los alquileres de los locales.
Porque también ha sido un año de establecer alianzas para construir el futuro. Como la que ha llevado a cabo con la francesa Primonial, con la que pretende alcanzar una cartera de más de 5.000 viviendas destinadas al alquiler en los próximos años. Para ello apostarán por promociones directamente destinadas al arrendamiento (’build to rent’). Y esto a pesar de que en el horizonte acecha la ley de vivienda que negocia el Gobierno y que podría otorgar la potestad a algunas comunidades y ayuntamientos de controlar los precios de los alquileres. —¿Qué conclusiones habéis sacado de la pandemia?
Estábamos convencidos y la pandemia nos ha convencido de que la necesidad que España tiene de un parque de vivienda de alquiler es gigantesca. La apuesta por la vivienda en alquiler es muy decidida.
—¿El ‘build to rent’ va a suponer el trasvase definitivo de la demanda de compra hacia el alquiler en España?
Se está produciendo un cambio socioeconómico. Los jóvenes no tienen ahorros para comprar una casa. Si tienes que poner el 20 o el 30% de la en
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trada de la vivienda, ¿de dónde lo sacas? España está muy lejos del porcentaje de vivienda en alquiler razonable para nuestra economía respecto a Europa. El porcentaje de viviendas en alquiler tiene que subir un 10 o un 20%. Hay mucho mercado. La lista de ciudades que requieren promociones para alquiler no es pequeña. La calidad de la oferta por motivos históricos está muy fragmentada y en manos de compañías no profesionales. El sector necesita profesionalizarse. El cliente, también.
—En las negociaciones de la ley de vivienda entre PSOE y Podemos se habla de limitar los precios de los alquileres.
—Nosotros pensamos que una política de control de precios perjudica. El capital internacional y el promotor empiezan a ver riesgo, la oferta se retrae y el precio sube. Estas medidas van en contra del objetivo final. El sector cree que es bueno que haya vivienda asequible. No queremos que el precio suba de manera indiscriminada. Pero estamos convencidos de que la mejor manera de que los precios no suban es que la oferta crezca. Es la forma más sencilla de controlar los precios y mejorar la calidad de la vivienda.
—¿Apostaría por el residencial en comunidades autónomas que legislen como quiere Podemos?
—No invertiríamos. Territorialmente iremos siempre a aquellos sitios donde la seguridad jurídica sea superior y tendremos más prevención a aquellos mercados donde un cambio político lleve a un cambio legislativo que te perjudique además de manera retroactiva. La inversión en alquiler siempre es a largo plazo. El sector quiere saber que si haces una inversión hoy, en los próximos veinte años habrá demanda y un marco legal estable. Aunque nuestras alianzas en el extranjero se preocupan menos que nosotros. La visión de largo plazo les hace sobrevolar mucho lo que está sucediendo. El rumor no nos castiga por ahora.
—¿La pandemia ha modificado su estrategia de inversión?
—Vemos que el logístico va a seguir creciendo. Cada vez hay más fondos intentando incrementar su exposición a estos activos. La tendencia con la pandemia ha subido por la aceleración del comercio electrónico. En cuanto a centros comerciales, los comportamientos son en ‘V’. Estamos viendo que las ventas se comportan muy en línea con las visitas. Habrá centros que cierren, pero eso ha pasado siempre. El comercio físico no va a desaparecer. Lo que se producirá es una mayor separación entre los centros buenos y malos. Los propios arrendatarios están siendo más selectivos. A los centros mejor ubicados y mejor mantenidos, el cliente vuelve. Así ha pasado en las comunidades que han levantado las restricciones.
—¿Cambiarán las oficinas con el teletrabajo?
—Nuestra exposición a las oficinas es ahora cero. Tenemos la sensación de que el teletrabajo va a implicar ciertos cambios. La flexibilidad que las compañías van a aplicar a sus empleados va a ser mayor. Eso va a llevar a modelos de oficina más flexibles. Irán mutando.
Construir para alquilar Los jóvenes no tienen ahorros para comprar una vivienda y la oferta de alquiler no es buena
Ley de vivienda La mejor manera de que los precios se mantengan es que la oferta crezca, no limitándolos
Centros comerciales Habrá separación entre centros comerciales buenos y malos, pero el comercio físico no va a desaparecer