«Los neandertales tenían un imperio y se extinguieron. Nos puede pasar lo mismo»
José María Bermúdez de Castro Paleontropólogo El codirector de Atapuerca advierte de que el cambio climático puede llevar al ser humano a su fin si no reaccionamos con una «gran revolución»
A José María Bermúdez de Castro la pandemia le pilló escribiendo. Y lo que creía que iba llevarle dos años aprovechando los ratos libres que le deja su trabajo como investigador y codirector de las excavaciones de la sierra de Atapuerca (Burgos) lo solventó durante el confinamiento. El resultado es un libro que ha titulado «Dioses y mendigos» (Crítica). En el volumen, el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica revisita nuestros orígenes como especie y aborda la incertidumbre de nuestro futuro. «El coronavirus será un mal recuerdo en un par de años –dice–, pero el cambio climático es inexorable». —Nos creíamos la cúspide de la evolución y ha llegado un bicho microscópico para ponernos en nuestro lugar. —Cualquier patógeno puede quizás no acabar con nosotros, pero sí ser un problema muy grande. Nos dice que no somos tan importantes. —De todas esas especies humanas que nos han precedido, ¿cuál le parece más intrigante? —La que nosotros propusimos, Homo antecessor, que es como un hijo (De unos 800.000 años de antigüedad, fue descubierta en Atapuerca en 1994). Todavía esperamos encontrar muchos más restos y saber más sobre ella. Pero también me intriga el hombre de Flores, porque es un ejemplo de cómo las especies reaccionan igual que cualquier otra al vivir aisladas en una isla. Se convierten en enanos y su cerebro disminuye, igual que les pasa a los elefantes. Eso te hace pensar: no somos especiales.
—Si pudiera viajar al pasado, ¿qué le gustaría observar?
—Qué pasó en la sierra de Atapuerca hace unos 830.000 años, cuando había actos de canibalismo. También poder aclarar muchas de las hipótesis que nos hemos planteado: qué comíamos, cuál era el rol de machos y hembras, las hembras cazaban o no... —¿Cuál es el descubrimiento que nos hace falta para entendernos a nosotros mismos?
—Muchísimos. Lo mismo ocurre en otros ámbitos de la ciencia: nunca llegaremos a comprender del todo el cosmos, nuestro cerebro ni el genoma. Pero si me preguntas qué me gustaría saber dentro de quince o veinte años... —¿Qué es?
—Pues hay un proyecto muy importante que he contribuido a empezar: el estudio de las proteínas. Las más antiguas encontradas en una especie humana son de Homo antecessor. Pero en 20 años se conocerán las paleoproteínas de muchos de los grupos humanos que se han encontrado en el mundo y tendremos una mejor idea de ese árbol filogenético. Lo veré ya jubilado. —Esas proteínas, ¿nos hablarán como el ADN? —Más. El ADN más antiguo hasta el momento (430.000 años de antigüedad) ha sido encontrado en la Sima de los Huesos en la sierra de Atapuerca, pero las condiciones del yacimiento, que hacen que todo se conserve como en un frigorífico, lo convierten en un caso muy excepcional. El ADN no suele pasar de 100.000 años. En cambio, las proteínas superan el millón de años y nos darán aún más información genética. Nos dirán cómo esas especies humanas estaban conectadas entre sí. —¿Cuál es el mayor problema al que nos enfrentamos como especie? —El cambio climático. Avanza de una manera inexorable. Y esto es muy difícil de controlar porque hay muchísimos intereses políticos y económicos que hacen que vaya demasiado despacio esa gran revolución que ne
à «En los años 50 los coches gastaban 17 litros a los 100 km. Nadie sabía que era una barbaridad. Ahora sí»
«Tenemos un éxito importante, una tecnología increíble, pero esto puede ser efímero»
José María Bermúdez de Castro cesitamos en este momento para poder atajar el problema.
—¿La tecnología se ha vuelto contra nosotros?
—Nuestra cultura nos ha facilitado mucho la vida, nos ha permitido salir de muchas circunstancias, pero ahora nos ha llevado a un punto crítico en el que debemos tener mucho cuidado. En los años 50 los coches gastaban 17 litros de combustible a los 100 km y nadie sabía que eso era una barbaridad, pero ahora sí.
—¿Estamos cerca del final?
—Pues mira, los más agoreros creen que sí. Yo prefiero ser optimista y pensar que vamos a rectificar. Tenemos que ser muy proactivos todos y cada uno de nosotros y azuzar a nuestros gobernantes, economistas y personas influyentes para que esto tenga remedio. Hay que dejar a las siguientes generaciones una situación favorable para que pueda seguir la especie humana. Si no hacemos eso, en 50, 60 ó 100 años habremos desaparecido –¿En tan poco tiempo?
—Sí, sí. No lo digo yo, sino mucha gente más inteligente. Stephen Hawking decía que si conseguimos llegar a Marte a lo mejor salimos adelante... Y si continuamos aquí, dentro de unos cuantos miles de años habrá una nueva glaciación.
—¿Las especies humanas extintas
—Hay que aprender las lecciones del pasado. A los neandertales siempre los hemos despreciado, pero tuvieron un imperio. Un éxito evolutivo brutal que duró desde hace 400.000 años hasta hace unos 50.000, muchísimo tiempo. Y ocuparon casi toda Eurasia. Hace unos años se encontró un yacimiento a orillas del Pacífico. ¿Qué ocurrió? La última gran glaciación. Fue una época heladora, en la que las capas de hielo que cubrían el hemisferio norte llegaban prácticamente hasta el norte de Francia. A los neandertales solo les quedó el Mediterráneo.
—¿Y qué les ocurrió?
—Que la diversidad genética de esas poblaciones fue disminuyendo, hubo mucha endogamia y la especie se acabó autoextinguiendo. Luego llegamos nosotros y les dimos la puntilla. Ahí tenemos un ejemplo de lo que puede suceder con una glaciación. A nosotros nos puede ocurrir igual. Llevamos con éxito evolutivo desde hace unos 250.000 años más o menos, que es cuando aparecen las primeras formas arcaicas de nuestra especie en África. Tenemos un éxito importante, una tecnología increíble, pero esto puede ser efímero. Nos hemos emborrachado de éxito, demasiada soberbia. Hay que poner los pies en la tierra.