Francia veta los vuelos nacionales cortos con alternativa en tren
Desaparecerán ParísLyon o París-Nantes al ser menos de dos horas y media por ferrocarril
La lucha contra el cambio climático llega a los vuelos franceses. Las rutas aéreas nacionales que puedan cubrirse en tren en menos de dos horas y media, como París-Lyon o París-Burdeos, tienen los días contados. Los diputados de la Asamblea Nacional gala han aprobado su desaparición.
La medida es parte del proyecto gubernamental para reducir las emisiones de CO2 en un 40% en 2030 respecto a 1990. La votación, realizada el sábado por la noche, ha sido la primera. El proyecto de ley pasa ahora al Senado, antes de una tercera y última votación en la Cámara Baja, donde dominan el partido de Gobierno y sus aliados.
Aunque la reducción de los vuelos es uno de los principales caballos de batalla de los grupos ecologistas, que quieren reducir su impacto climático, estos no acaban de estar contentos con la nueva medida. Acusan al presidente francés, Emmanuel Macron, de diluir sus promesas en el texto final y de no recoger sus demandas: habían pedido el veto a los vuelos con rutas alternativas en tren de hasta cuatro horas. Un límite que fue rechazado por el ministro de Transporte, Jean-Baptiste Djebbari. «Hemos elegido dos horas y media porque con cuatro horas se corre el riesgo de aislar territorios sin litoral, incluido el gran Macizo Central, lo que sería inicuo», aseguró.
Las rutas exactas que se verán afectadas se publicarán en un decreto oficial, aunque probablemente la medida incluya los viajes entre París y Nantes, Lyon y Burdeos, aunque no los vuelos de conexión que parten del aeropuerto Charles de Gaulle. Las rutas de París
a Niza, que suponen unas seis horas en tren, y a Toulouse, con cuatro horas en tren, continuarían.
El grupo de consumidores UFC-Que Choisir ha pedido mantener el límite de cuatro horas. «En promedio, el avión emite 77 veces más CO2 por pasajero que el tren en estas rutas, aunque el tren es más barato y el tiempo perdido se limita a 40 minutos», valoran en un comunicado.
Tampoco está contenta la industria de la aviación, que se queja de que en plena recuperación pospandemia, no es el momento para prohibir vuelos.
Otros intentos
Francia no es el primer país en intentar suprimir los vuelos cortos. En Países Bajos, en 2019, el Parlamento aprobó suprimir vuelos entre Ámsterdam y Bruselas, pero se consideró que la prohibición infringía las regulaciones de libre circulación de la Comisión Europea y no se implementó.
En España, grupos ecologistas como Greenpeace plantean que vuelos como Madrid-Barcelona, Madrid-Valencia o Barcelona-Valencia se supriman. Además, según figura en la recién aprobada Ley de Cambio Climático, el Gobierno promoverá el uso del ferrocarril como alternativa a otros transportes y se establecerán objetivos de penetración del ferrocarril para mercancías que deban trasladarse en distancias superiores a los 300 kilómetros.