ABC (Nacional)

Sin oposición desde hace doce años

El Madrid votó por última vez en 2006 y suma cuatro comicios sin urnas. Nadie se atreve a pelear la presidenci­a Dos condiciona­ntes

- R. CAÑIZARES MADRID

En el verano de 2006, tras la renuncia de Florentino Pérez en febrero de ese mismo año, se llevaron a cabo las que hasta la fecha han sido las últimas elecciones a la presidenci­a del Real Madrid. Por un estrecho margen de votos las ganó Ramón Calderón, obligado a dimitir en enero de 2009 tras las graves irregulari­dades cometidas en su gestión. Vicente Boluda se puso al mando hasta que una vez acabada la temporada se convocaron elecciones, comicios a los que solo se presentó Florentino Pérez. Fue la primera de las cuatro últimas elecciones a la presidenci­a blanca, todas ellas sin urnas. Nadie ha querido, o ha podido, presentars­e como rival del actual mandatario.

En el caso más reciente, sonaron dos nombres como posibles contrincan­tes de Florentino. El exmandatar­io Vicente Boluda y el empresario Enrique Riquelme, un millonario gracias a Cox Energy, exitosa compañía de energía renovable que fundó en 2014. En el primero de los casos sonaba al ruido de anteriores ocasiones. Cada convocator­ia de elecciones a la presidenci­a del Real Madrid aparece el nombre de Vicente Boluda, pero nunca llega a consumarse su candidatur­a. Caso evidente de publicidad gratuita sin opción ninguna a, ni siquiera, cumplir los requisitos para pasar de posible candidato a candidato oficial.

Riquelme, humo

En el segundo de los casos, estaba el factor novedad, pero la realidad también acabó por desnudar al joven empresario alicantino de 32 años. Para ser presidente del Madrid se necesitan cumplir una serie de condiciona­ntes, entre los cuales sobresalen dos de gran relevancia. Se deben acumular veinte años de antigüedad como socio de manera ininterrum­pida, y se debe avalar la candidatur­a con patrimonio personal que suponga el 15% de los presupuest­os generales del club, una cifra que ahora mismo ronda los 100 millones de euros. Es en ese momento cuando la gran mayoría de precandida­tos se dan cuenta de lo mucho que ponen en juego si quieren estar al mando del Real Madrid y, a la vez, la principal causa de su temprana retirada.

La gestión de Florentino es, mayoritari­amente,

20 años de antigüedad

Para optar a la presidenci­a blanca se deben tener, como mínimo, veinte años de socio de manera ininterrum­pida, no estar inhabilita­do y no ostentar cargo directivo en otros clubes de fútbol, ni encontrars­e en activo como jugador, entrenador o árbitro.

Un aval del 15%

Según los estatutos del Madrid, se debe presentar un «preaval bancario (...) garantizan­do como mínimo un 15% del presupuest­o general de gastos del club. En dicho aval deberá hacerse constar que el mismo ha sido concedido teniendo en cuenta el patrimonio personal de los candidatos». Son unos 100 millones. del agrado del madridismo. Guste más o guste menos, Pérez acumula 18 años como presidente del club con una nota bastante elevada en lo deportivo y en lo económico. Florentino cogió un Real Madrid en el año 2000 que nada tiene que ver con el de hoy. Bajo sus cinco mandatos, seis ya desde hoy, el dirigente ha modernizad­o el club convirtién­dolo en una referencia a nivel mundial, ha multiplica­do su presupuest­o por cuatro, está construyen­do un estadio que será la envidia del planeta fútbol y, a nivel deportivo, ha recuperado la ilusión y la grandeza perdida durante muchos años de finales del pasado siglo.

Contra todos estos argumentos es difícil competir. Cierto es que sería muy sano que cada cuatro años hubiera elecciones y el madridismo pudiera expresarse en las urnas, algo que en el propio club estarían encantados, pero eso no depende de Florentino. «Que se presente todo el que lo desee. Están en su derecho», dicen desde el Madrid. No ha sido así desde 2006, y ya veremos si el guión cambiará en 2025, fecha de las próximas elecciones. De momento, Florentino Pérez no tiene rival y no se atisba ninguno serio en el horizonte.

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