El vivero inagotable del Madrid de Laso
► La irrupción decisiva de Vukcevic y Garuba en el clásico confirma el buen trabajo del Madrid con su cantera
No había público en el Palau, pero el escenario impresionaba. Era un clásico, con un Barcelona lleno de estrellas y con el Real Madrid en cuadro tras la marcha de Deck a la NBA. Baja que le abrió las puertas del equipo a Tristan Vukcevic, al que la llamada de Laso mediado el primer cuarto le pilló por sorpresa. El pívot entró a la cancha amedrentado, pero sus nervios iniciales se disiparon con el paso de los minutos. A su lado tenía el ejemplo de Garuba, un coloso en el Palau, y a él se agarró el italiano para sacar a relucir su talento y formar ambos una pareja que resultó letal para el Barcelona. Victoria blanca que pone de relieve a la cantera una vez más. Vivero inagotable que en la era Laso ya ha visto debutar a quince jóvenes, alguno de ellos, como Luka Doncic, claves en la historia reciente del Real Madrid.
La explosión de Vukcevic y Garuba en el clásico pilló a muchos por sorpresa, pero no a Pablo Laso. «Yo los veo todos los días en el entrenamiento, así que a mí no me ha sorprendido lo que he visto sobre la cancha», resumía el técnico, aunque un poco sí que se extrañó. No tanto por el talento, que sabe que ambos lo tienen, sino por la madurez demostrada y el desparpajo. Porque una cosa es tener calidad y otra exhibirla de esa manera. De hecho, alguno de los jugadores a los que Laso ha dado la alternativa en estos diez años contaba con más quilates en su muñeca que estos dos, pero no supo plasmarlo en la pista como sí lo lleva meses haciendo Garuba y como demostró el domingo Vukcevic.
Por las venas del italiano corre sangre de deportista. Su madre, Jade, jugó al voleibol, y su padre, Dusan, fue profesional del baloncesto. De hecho, Tristan estuvo a punto de nacer en España, pues un año antes de venir al mundo su familia dejó el país, donde su progenitor jugaba en el Real Madrid, para trasladarse a Siena. Allí pasó sus primeros años este espigado chaval de 2,09 metros y 18 años recién cumplidos, aunque fue en Grecia donde se formó antes de llamar la atención del Real Madrid.
Alberto Angulo lo rescató del Olympiacos tras quedar prendado de él en un torneo de cadetes. Como ha hecho tantas veces durante estos años, el director de la cantera blanca detectó el talento y trabajó para traerlo a la Fábrica de Valdebebas. Así lo ha hecho en multitud de ocasiones desde que Laso llegó al club en 2011 y estableció como prioridad el trabajo en la base. No es extraño ver al directivo recibiendo a los padres de una de estas perlas en el pabellón que el equipo tiene en la Ciudad Deportiva. Un tour que ayuda a estos a convencerse de que la opción del Madrid es la mejor. Eso le ocurrió a Dusan y
Jade, que vieron cómo su hijo Tristan se instalaba en una de las habitaciones de la residencia de Valdebebas con solo 15 años. El exjugador solo le dio un consejo, según desveló hace años en una entrevista. «En el Madrid lo tendrás todo. No me llames dentro de dos meses y me digas que quieres volver a casa». No lo hizo, pues en el Real continúa tres temporadas después, ya siendo jugador del primer equipo.
El ejemplo del capitán
Al vivir a pocos pasos del pabellón, a Vukcevic es fácil verle trabajar antes y después de los entrenamientos del primer equipo. Felipe Reyes se ha convertido para él en una especie de hermano mayor. Un ejemplo a seguir del que aprende a diario. El capitán ha visto en él un diamante en bruto y se ha empeñado en allanar su camino mostrándole los secretos que él ha aprendido durante su carrera. «Es un placer trabajar con chavales que tienen ganas de aprender y que van cada día a entrenar dándolo todo», señalaba hace semanas Reyes en un mensaje dedicado al canterano. También Garuba, que pertenece a la misma generación, aunque llegó antes al primer equipo, es uno de los habituales en esos entrenamientos. Al madrileño le ha tocado dar un paso adelante con la lesión de Randolph y la marcha de Deck y no le ha pesado la responsabilidad. Cada día se le ve más asentado y en la NBA ya le sitúan entre los diez primeros del próximo draft, al que deberá decidir si se presenta antes del próximo 30 de mayo. Tratará de convencerle Laso para que aplace ese viaje, deseoso de verle triunfar de blanco como lo hizo antes Luka Doncic. El técnico ha sido el gran impulsor de la cantera en esta década, pues su confianza en el trabajo de Angulo ha sido total. El club tiene por delante una generación prometedora y quiere que sea Laso el que la dirija tras haber renovado al vasco hace unos meses en medio de la tormenta de malos resultados. Así, además de Vukcevic y Garuba vienen llamando a la puerta Boris Tisma, Mario Nakic, Matteo Spagnolo o Juan Núñez, el único de todos ellos que aún no ha debutado con el primer equipo, pero que no tardará en hacerlo. Un grupo pleno de talento que ha brillado en las últimas ediciones de la Euroliga Junior y que está llamado a formar parte del Real Madrid del futuro. Proyecto al que ayer se unió el francés Vincent Poirier, nuevo fichaje blanco para las próximas tres temporadas, que podrá ayudar ya al equipo en la ACB.