Las marcas se vuelcan en la revolución del ‘software’
·Volkswagen, Renault o BMW sientan los cimientos para sacar tajada, junto a las tecnológicas, de un negocio que puede suponer 70.000 millones en 2030
«Durante la próxima década el ‘software’ transformará el automóvil de manera fundamental». La frase es de Herbert Diess, consejero delegado de Volkswagen, que ha tomado buena nota de la estrategia que ha llevado a Elon Musk a transformar un minúsculo fabricante de vehículos eléctricos en la mayor automovilística del mundo por capitalización bursátil. Más allá de las baterías, Tesla ha inaugurado una nueva forma de entender la automoción, ofreciendo actualizaciones inalámbricas de los vehículos, que mejoran no solo su sistema de infoentretenimiento sino ámbitos hasta ahora intocables, como la autonomía o el rendimiento de los motores. Un nuevo modelo negocio que promete ser muy rentable, y en el que también se han volcado las grandes automovilísticas, para no quedarse sin su parte en un suculento pastel al que también las compañías tecnológicas miran con apetito.
En la nueva era el coche apunta a ser un producto diferente, ‘un smartphone con ruedas’ que requiere de nuevas capacidades y tecnologías, y en el que el valor se traslada del motor y el chasis a la batería y el software. Un informe de la consultora McKinsey publicado justo antes de la pandemia estimaba un crecimiento anual del 9% para el mercado del software automovilístico, y de otro 10% para su validación y verificación hasta 2030. En ambos casos, muy por encima del 3% que se espera para las ventas de vehículos.
Ambos mercados, ‘software’ y validación, íntimamente ligados, supondrán dentro de una década un mercado de unos 84.000 millones de dólares, unos 70.000 millones de euros. Y el coronavirus no parece haber hecho otra cosa que acelerar la tendencia. Además de Volkswagen, también Renault o BMW han anunciado en los últimos meses apuestas de enorme calado por el ‘software’. La casa bávara invertirá ‘cantidades de triple dígito’ hasta 2025 para permitir a sus clientes personalizar el proceso de compra del vehículo y adquirir nuevas funciones con éste ya en carretera, como activar la asistencia avanzada a la conducción, abriendo la puerta a un mercado «altamente rentable» que permitirá al cliente satisfacer mucho mejor sus necesidades individuales de movilidad, según su responsable de Clientes y Ventas, Pieter Nota.
Renault acaba de fundar el ecosistema Software République junto a Dassault, Atos, STM y Thales, con el objetivo declarado de desarrollar y comercializar todo tipo de soluciones. Un ejemplo: que el usuario pueda llegar a un punto de carga con su coche eléctrico y éste lo reconozca y cargue automáticamente. Otro: poder elegir la opción de desplazamiento más eficiente –y barata– en cada momento. «El vehículo ya no es el punto central de la cadena de valor del automóvil. El software, la electrónica y la inteligencia a bordo determinan cada vez más tanto el valor como el uso del vehículo», en palabras del CEO de Renault, Luca de Meo.
El italiano, durante su anterior etapa en la española Seat, impulsó el laboratorio ‘Seat:Code’, que hoy se ha convertido en una de las joyas de la corona de la automovilística. «Nuestro objetivo es crear servicios digitales que podamos comercializar y que generen un beneficio, una ventaja competitiva para Seat, para Cupra y para el Grupo Volkswagen», explica Carlos Buenosvinos, CEO de ‘Seat:Code’. Un centro que persigue «la disrupción continua experimentando con nuevas tecnologías y empleando nuevas metodologías y prácticas empresariales».
El laboratorio tecnológico, fundado en 2019, emplea a más de 150 personas, que exploran tres tipos de proyectos: movilidad y micro movilidad, cadena de suministro y experiencia digital del cliente. En su cuenta de resultados figuran desarrollos como el del servicio de movilidad Seat Mó, pero también aplicaciones de mantenimiento predictivo en la fábrica de Martorell, capaces de ahorrar miles de euros a la empresa al detectar con antelación una posible avería o desgaste. «Tener un laboratorio propio de software permite mantener todo el conocimiento estratégico dentro de la compañía», destaca Buenosvinos, que subraya el «aire fresco» que implica de cara a perseguir nuevas oportunidades de negocio en la nueva movilidad del futuro. A su juicio, «todos los fabricantes deberían apostar por desarrollar su software para competir en el futuro», porque «internalizando el desarrollo permite tener altos retornos y responder más rápidamente a las necesidades».
Volkswagen, grupo al que pertenece Seat, acaba de crear la empresa Cariad, evolución de la hasta ahora Car.SW Org. Pilotada por Audi, con 4.000 empleados, está unificando los conocimientos de las marcas del Grupo en materia de software, desarrollando una arquitectura electrónica y un sistema operativo unificados para todas las marcas. A finales de 2024, se estrenará en el primer modelo de Audi basado en el proyecto Artemis, y después el sistema operativo VW.OS se integrará progresivamente en todos los vehículos del Grupo. La intención del consorcio es que, desde mediados de
la década, la mayoría de sus vehículos pasen a estar montados sobre la nueva Plataforma de Sistemas Escalables (SSP), apta para extender su nueva arquitectura de software a vehículos de todas las marcas y segmentos. Entonces, el software desarrollado internamente habrá pasado del 10% a un 60%.
Cariad también está desarrollando las bases técnicas para la conducción autónoma, los modelos de negocio basados en datos y los nuevos servicios de movilidad. La intención de Diess es que se convierta en la segunda mayor empresa de software de Europa, tras SAP. Porque como aseguró en la reciente presentación de resultados de Volkswagen, en un mercado controlado mayoritariamente por empresas chinas o estadounidenses, «solo hay un resquicio en el que Europa todavía tiene la oportunidad de jugar un papel principal: la próxima generación de software automotriz».