‘Línea de fuego’, de Pérez-Reverte, marcha hacia el frente de las series
Boomerang TV ha comprado los derechos de la novela y ya trabaja en la escritura del guion
Antes incluso de ver su última novela publicada, Arturo Pérez-Reverte ya había recibido alguna oferta para llevar a la pantalla ‘Línea de fuego’. Después de sopesar las opciones, se decantó por la de Boomerang TV, que prepara la traducción en imágenes de los diez días de combate que narra el libro, en un episodio ficticio de la muy real y durísima batalla del Ebro. «Me pareció la propuesta más seria», explica el autor, quien pese a todo se aseguró de incluir una cláusula en el contrato que obliga a la productora a destinar cierta cantidad de dinero en el presupuesto de cada capítulo.
Aparte de que la producción haga justicia a la historia, a Pérez-Reverte le preocupa sobre todo que se respete una característica esencial de su novela: «No busco la equidistancia, sino la ecuanimidad. Es una historia de combatientes, no de retaguardia, de seres humanos en combate, no de políticos ni horrores o cunetas. Espero que se mantenga ese espíritu».
Su empeño es que no se pervierta una historia «sin buenos ni malos, porque en el frente no los hay». «Mi esperanza», insiste, «es que el guionista y el director entiendan que un ser humano en el frente es un ser humano y lo que cuenta es el dolor. Por eso en la novela no hay una sola escena de retaguardia. Es algo que procuré cuidadosamente. Las novelas sobre la Guerra Civil están casi todas escritas desde un lado u otro y yo quiero que cuando el lector lleve 50 páginas, no le importe si el personaje pertenece al bando nacional o al republicano. En la serie espero lo mismo, que a los diez minutos del primer capítulo, al espectador ya no le importe si el personaje es nacional o republicano».
Corresponsales de bufanda
Esa falta de ecuanimidad de tantos títulos es la que achaca a muchos corresponsales extranjeros que narraron nuestra contienda. «Sin duda, pusieron de moda España en el mundo, incluso después de la guerra. Estudié todo lo publicado y observo en ellos que una buena parte tomaban partido ideológico. Un caso clarísimo es el de Hemingway y Dos Passos. El primero decía que había que ocultar las atrocidades del bando republicano y Dos Passos opinaba lo contrario. Hemingway era un escritor magnífico, pero no honrado».
Excorresponsal que ha vivido ocho guerras civiles, Pérez-Reverte sabe por experiencia que «el ser humano es bueno y malo al mismo tiempo». «Puede hacer una atrocidad por la mañana y un acto heroico por la tarde, o al revés. La misma persona es capaz de sentir piedad y crueldad. Lo que yo cuento es honradamente real», insiste.
Después de ver tantas películas y series nacidas de sus textos, Arturo Pérez-Reverte también ha aprendido que «el autor debe mantenerse saludablemente lejos» de la adaptación. «Es la visión de otros, a veces estupenda, pero que no siempre coincide con la tuya. Implicarte demasiado casi nunca trae consecuencias agradables». Eso no significa que se desentienda del proyecto: «Colaboro todo lo que puedo. Si no me preguntan, no digo nada, no soy un escritor pelmazo, pero hago siempre una visita de cortesía en el rodaje, saludo y desaparezco. Y si me piden colaboración, la tienen».
Tedy Villalba, productor ejecutivo de Boomerang TV, sabe lo que es tra
ARTURO PÉREZ- REVERTE bajar con Pérez-Reverte, ya que participó en las adaptaciones de ‘El maestro de esgrima’ (Pedro Olea, 1992) y ‘La tabla de Flandes’ (Jim McBride, 1994). «Es el autor del que más adaptaciones han hecho. No es que esté acostumbrado, vive con ello. Cuando escribe, sabe que el final será una serie o una película. Es un lujo trabajar con él y muy fácil. Colabora y participa, pero siempre apoyando, no censurando. Quiero que lea los guiones porque sumará y hay detalles que se nos pueden escapar en una novela tan rica». El padre de Alatriste, por su parte, suele reservarse la posibilidad de
à «Espero que a los diez minutos al espectador ya no le importe si el personaje es nacional o republicano»