La reconstrucción de Notre Dame, una obsesión colectiva dos años después del incendio
·El presidente Macron asegura que la restauración idéntica se hará en los plazos previstos: «El 16 de abril de 2024 se celebrará una histórica misa»
Dos años después del histórico incendio de Notre Dame, una de las matrices de la historia de Europa y de nuestra civilización, Emmanuel Macron volvió ayer a la catedral para confirmar la continuidad de una ambición nacional: «Corrimos el riesgo de la desaparición de ese símbolo nacional y europeo. Su reconstrucción idéntica se realizará en el plazo previsto».
Vestido con mono y casco de obrero, con mascarilla, el presidente francés llegó a Notre Dame acompañado del arzobispo de París, monseñor Michel Aupetit; la alcaldesa de París, Anne Hidalgo; su ministra de Cultura, Roselyne Bachelot, y el general Jean-Louis Georgelin, presidente del Establecimiento público responsable de la conservación y restauración de Notre Dame (Eprcrcnd).
Tras pronunciar unas palabras de agradecimiento a los trabajadores, técnicos, arquitectos, urbanistas y donantes de los 833 millones de euros recaudados hasta ahora para financiar parcialmente la reconstrucción de la catedral, Macron inició un laberíntico peregrinaje personal por la tela de araña de andamios, ascensores y grúas, recorriendo buena parte del ‘esqueleto’ de Notre Dame, dejando caer reflexiones personales a lo largo de todo ese trayecto.
Dirigiéndose a un grupo de obreros y técnicos, Macron insistió en lo esencial: «La catedral del pueblo de París, que es un poco la catedral de todos los franceses y todos los europeos, nos parecía ‘invencible’. Pero estuvo a punto de caer. Y ese instante nos tocó a todos profundamente. Estábamos a punto de ver desaparecer una obra esencial para nuestra cultura, para la historia literaria, arquitectónica, religiosa y laica de Francia. Su reconstrucción es una gran misión colectiva. Respetaremos el calendario previsto: el 16 de abril de 2024 se celebrará una histórica misa cantada en nuestra catedral…».
Tres años
Notre Dame reabrirá al gran público dentro de tres años, tras una reconstrucción ‘idéntica’ a la realizada a mediados del siglo XIX. Pero… los trabajos quizá no hayan terminado. Notre Dame corrió el riesgo de su hundimiento. La polución de gases tóxicos paralizó los trabajos durante varios meses. Lluvias y tormentas provocaron retrasos. Los alrededores de la catedral han sufrido la catástrofe del incendio y los estragos de las crisis sanitaria, social y económica. Rondas de soldados armados patrullan a toda hora del día y la noche, vigilando las idas y venidas de camiones que entran y salen de la obra, aislada con una suerte de ‘cordón sanitario’, metálico, con alambres de púas de acero.
Tras esa tramoya, inquietante por momentos, los trabajos siguieron su curso. Durante muchos meses, fue necesario construir gigantescos andamios metálicos, para proteger los restos amenazados de Notre Dame. Más tarde, hizo falta iniciar la supresión de los primeros y segundos andamios. Dos grúas gigantes trabajaban más de doce horas diarias, entrando y sacando material, escombros, maderas, piedras, metales, toneladas de tubos metálicos. Y una nube de trabajadores de muy distintos gremios continúan su titánica tarea.
Hace semanas comenzó la búsqueda y preparación de árboles, robles y otros, ‘genuinamente franceses’, para reconstruir una arquitectura interior idéntica. Hace ocho siglos,
Notre Dame se construyó con piedras calcáreas extraídas en la región parisina. Se han localizado las canteras donde volverán a buscarse las piedras de la reconstrucción, cuando llegue el momento. Los trabajos de protección y consolidación de la catedral han entrado en su fase final. La reconstrucción propiamente dicha debería comenzar a finales del verano o principios del otoño. Tras largos debates, nacionales e internacionales, Francia reparará una catedral ‘idéntica’ a la reconstruida a mediados del siglo XIX, siguiendo una ‘doctrina’ básica: «Utilizar maderas y piedras francesas, similares a las originales. Valorar, respetar y utilizar el saber hacer de los artesanos tradicionales franceses, para seguir siendo fieles a nuestra historia». Al final de su visita oficial, la primera tras el histórico incendio,
Fase final La reconstrucción se hará usando maderas y piedras francesas para ser fieles a la historia
Emmanuel Macron se declaró confiado pero prudente: «He quedado impresionado por el trabajo realizado, colosal. En dos años se ha realizado una obra esencial de protección. La reconstrucción podrá comenzar a finales del verano o primeros del otoño. Hemos recorrido una primera etapa, esencial. Debemos seguir firmes. Sin descansar, seis días por semana, para cumplir nuestros objetivos. Confío en el saber hacer de los obreros, técnicos, arquitectos. Todos los equipos deben trabajar juntos para realizar a la meta final, cumpliendo nuestras promesas».
Seguridad
La nueva etapa también plantea problemas, desafíos y nuevas polémicas. Una asociación de vecinos ha presentado una nueva querella denunciando efectos amenazantes de la polución del plomo. Los alrededores de la catedral se encuentran en un estado catastrófico. Ha comenzado a estudiarse una renovación de fondo.
La seguridad de Notre Dame sigue planteando problemas humanos, arquitectónicos, sanitarios y policiales muy particulares. Patrullas armadas del ejército de tierra realizan rondas de carácter aleatorio durante todo el día. La entrada y salida de obreros y religiosos está sometida a controles muy estrictos.