Impuestos, ¿cuántos impuestos?
Eagujero que estamos abriendo en las cuentas públicas por culpa de la prolongación de la pandemia es de tal magnitud que mucho me temo será necesario realizar un esfuerzo de aportación ciudadana. Pero con orden.
El movimiento tiene que empezar por el sector público que, si ya antes en situación normal, gastaba más de lo que debía, ahora resulta intolerable en esta tesitura extraordinaria. Revisar el gasto, eliminar duplicidades, analizar los resultados obtenidos por ellos, etc., es la primera prioridad. Y si tenemos que desmontar tenderetes políticos que levantamos en otros momentos y por otras razones, pues los desmontamos. El dirigente que quiera un circo que se pague los payasos.
Luego está la lucha contra el fraude. El Instituto de Estudios Económicos presentó ayer su informe de la fiscalidad autonómica y dejó claro que en España quien paga impuestos los paga en términos de presión habituales en otros lares. El problema de la recaudación escasa no se explica porque quien paga, pague poco, sino porque hay muchos que no pagan. Esta es la segunda prioridad. Y la tercera consiste en no olvidar que todos los impuestos son contractivos de la actividad y ahora necesitamos justo lo contrario, expandirla, por eso hay que ser muy cuidadosos.
Una última reflexión. El estudio del IEE deja claro que Madrid y el País Vasco (uno más en personas físicas y otro en jurídicas) son las dos comunidades con una fiscalidad más amable con el contribuyente. Sabemos que son también las dos comunidades con mayor renta, mayor PIB y mayor aportación per cápita. ¿Cuál es el orden? Son las regiones más ricas porque tie
nen los impuestos más livianos o son las comunidades con fiscalidad más liviana porque son las más ricas? No lo dude, ambas preguntas se contestan con un sí. ¿Tienen las dos comunidades los peores sistemas de ayudas sociales, los Estados de Bienestar más endebles? Ambas preguntas se contestan con un no. Al contrario, son los más robustos. Pues eso, a sacar conclusiones. El Gobierno y el PSOE deberían evitar la emisión de mensajes contradictorios. Pedro Sánchez y María Jesús Montero aseguran que van a subir los impuestos, Ángel Gabilondo, promete que no los va a tocar y Nadia Calviño cierra el círculo diciendo que ahora no y que ya veremos cuando sí.
No es conveniente, ni razonable. Ni siquiera ahora que andan todos despeinados con las elecciones en Madrid.