ABC (Nacional)

DOS CÁNCERES EMPUJAN A RAÚL CASTRO A DEJAR EL PODER EN CUBA

La retirada del líder cubano abre una dura y soterrada lucha por el poder en la isla caribeña

- ALEXIS RODRÍGUEZ MADRID

Raúl Modesto Castro Ruz, primer secretario del Partido Comunista hasta este fin de semana, ha sido el hombre fuerte de Cuba desde la muerte de Fidel. No ha habido ninguna decisión importante del presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, que no haya tenido su visto bueno. Pero Raúl, que cumple 90 años el próximo mes de junio, padece cáncer de esófago y de recto, con diarreas crónicas. Además, el dictador cubano tiene una cirrosis hepática causada por su vieja adicción al alcohol y la fuerte medicación que toma le provoca «pérdida de memoria y ausencias frecuentes. Estos síntomas también son compatible­s con una enfermedad neurodegen­erativa», explican a ABC fuentes próximas al régimen. El menor de los Castro habría necesitado por su enfermedad una bolsa de colostomía.

El dictador cubano pasa la mayor parte del tiempo en su Birán natal, en la provincia de Holguín, al este del país, y es trasladado regularmen­te a La Habana para ser atendido en el Cimeq (Centro de Investigac­ión Médico Quirúrgica­s), situado en la calle 216 de la localidad de Siboney, municipio Playa, institució­n dependient­e del Minis

Atado y bien atado El régimen controla todas las instancias opositoras; solo teme un estallido social como el de la Primavera Árabe

terio del Interior en cuyas dependenci­as privadas no falta de nada, a pesar de la gravísima crisis económica, sanitaria y de abastecimi­ento que padece la isla cubana, mucho peor que la vivida en el ‘periodo especial’ iniciado en el año 1989 cuando cayó el Muro de Berlín.

El 19 de abril de 2018 el menor de los Castro pasó el testigo a Díaz-Canel como presidente de la República ante la Asamblea Nacional y se quedó como primer secretario del Partido. «En lo que a mí se refiere me mantendré desempeñan­do el cargo de primer secretario del Partido Comunista de Cuba en mi segundo y último mandato que expira en 2021. Cuando yo falte, DíazCanel podrá asumir el cargo de primer secretario». Aquella decisión, entonces voluntaria, se ha vuelto un imperativo a causa de su salud. Raúl seguirá siendo general de Ejército hasta su muerte, «pero una vez fuera del partido, de los resortes del poder, y con la salud tan quebrada, dejará de ser el hombre fuerte de Cuba», explican las mismas fuentes.

Pocos dudan de que Miguel DíazCanel, conocido popularmen­te en Cuba como el ‘puestoaded­o’, será el presidente de la República y el primer secretario del PCC, porque así lo decidió Raúl. Pero, ¿quién mandará realmente en Cuba? ¿Qué pasará en el país después del VIII Congreso del Partido Comunista

Cambio de guardia Díaz-Canel no tiene ningún ascendient­e en el Ejército, pero la vieja guardia que hizo la revolución dejará sus cargos tras el Congreso

de Cuba que se celebra este fin de semana y termina mañana? ¿Habrá una apertura real y pacífica o se endurecerá la dictadura? O peor, ¿habrá un baño de sangre? ¿Se convertirá Cuba en otra Rusia o quizás en otra China? Son preguntas que desde hace años se hacen politólogo­s, analistas y opositores dentro y fuera de la isla y que nadie puede responder. Sencillame­nte porque los propios protagonis­tas no lo saben.

Sin embargo, hay algunas cosas en la Cuba de hoy que parecen diáfanas. El régimen tiene totalmente infiltrada­s a todas las formacione­s políticas opositoras dentro del país (y a muchas de fuera). No son un problema. «El Gobierno solo teme un levantamie­nto popular y espontáneo al estilo del ocurrido en Túnez en 2011 y que dio lugar a la primavera árabe», explican a ABC fuentes bien conocedora­s de la situación en la isla. Por ello las medidas de vigilancia estos días son extremas. Otra certeza: Díaz-Canel no tiene ningún ascendient­e entre los altos mandos del Ejército. Pero también es cierto que muchos de ellos (parte de la vieja guardia que hizo la revolución con los Castro o peleó en Angola) dejarán sus cargos después del congreso porque así lo decidió Raúl: Machado Ventura, Ramiro Valdés, Salvador Valdés Mesa, Esteban Lazo, Jorge Quintás Solá y, sobre todo, Leopoldo Cintra Frías, el jefe del poderoso Ministerio de las Fuerzas Armadas (Minfar) que «tiene un cabreo monumental» por su salida. Los medios oficiales apuntan estos días que sería sustituido en el

cargo por el general Álvaro López Miera. Y los hay dentro del partido que, además de Díaz-Canel, saldrán fortalecid­os en este congreso: Rodrigo Malmierca, Lázara Mercedes López Acea o Fidel Gaute.

El Tuerto

Tercera certeza. La guerra sin cuartel entre dos pesos pesados del régimen: el coronel Alejandro Castro Espín, hijo de Raúl, y el brigadier general Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, exyerno de Raúl y, por tanto, excuñado de Alejandro. El primero coordina los dos ministerio­s más importante­s de Cuba, el de Interior (Minint) y el de las Fuerzas Armadas (Minfar), y tiene a su cargo a todos los agentes de inteligenc­ia (el G2) y contrainte­ligencia, que proceden del Minint. Castro Espín, apodado ‘el Tuerto’ (perdió la visión de un ojo por el retroceso de un arma que disparó en Angola, «estuvo allí, pero eso no quiere decir que fuera a luchar») es tan temido como odiado porque tiene informes detallados de la vida íntima de todas las personas que aparecen en el cuadro que se adjunta en estas páginas y de muchos más.

Por su parte, López-Calleja es el jefe absoluto de Gaesa (Grupo de Administra­ción Empresaria­l), el conglomera­do de empresas propiedad del Estado, es decir del Ejército, que ingresa alrededor del 80% del PIB cubano. Hasta ahora López-Calleja ha despachado exclusivam­ente con Raúl. Con el dinero de Gaesa el exyerno colma de favores y lujos a esa misma cúpula del poder espiada por ‘el tuerto’. Para fortalecer su posición, López Calleja aspira a ocupar el Minfar de Cintra Frías, que pese a los deseos de Raúl no quiere marcharse sin presentar batalla y se ha convertido en otro peligroso rival. Además, el hijo de Castro ha metido de topo en Gaesa al viceprimer ministro Ricardo Cabrisas para vigilar a toda la cúpula empresaria­l. Los excuñados han llegado a las manos. «Alejandro le lanzó un buen puñetazo en toda la cara a su excuñado que lo dejó noqueado en el suelo».

La situación en Cuba es muy tensa, con una crisis económica y un descontent­o social potencialm­ente muy peligroso. Pero eso no significa que la situación se vaya a descontrol­ar, explican a ABC fuentes próximas al régimen. «Si hubiera un problema grave de orden público, los responsabl­es de los Ejércitos de Occidente (Lucio Juan Morales Aldana), Zona Centro (Raúl Rodríguez Robaina) y Oriente (Onelio Aguilera Bermúdez) están bien entrenados para sacar los carros de combate a la calle y cerrar el país a cal y canto. Lo harían sin tener que recibir orden directa de ningún superior. Ellos tres se coordinan, protegen y defienden mutuamente. En ello les va la vida».

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