Alud de herencias por el Covid en plena pugna del Gobierno por Sucesiones
·Las operaciones se adelantan en Madrid ante el riesgo de armonización ·El legado de casas subió en enero un 2,6% y marcó un récord en noviembre
El pulso sobre el impuesto de Sucesiones entre el Gobierno y varias comunidades ante la intención de Hacienda de armonizar el tributo en toda España llega en un momento en el que la crisis sanitaria deja tras de sí miles de herencias. Precisamente, esta misma semana Madrid y Castilla y León han anunciado su intención de seguir bajando el impuesto. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, bajará los impuestos de Sucesiones y Donaciones entre hermanos y tíos y sobrinos, mientras que su homólogo de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, suprimirá en un mes el tributo a familiares directos, cónyuges, ascendientes o descendientes.
Como describe el abogado Siro Barro, del despacho madrileño Alemany, Escalona & De Fuentes, el riesgo de armonización ha disparado exponencialmente las consultas para adelantar o plantear operaciones, teniendo en cuenta las legislaciones vigentes en materia del impuesto sobre Sucesiones y Donaciones y del impuesto sobre el Patrimonio. En todo caso, la pelea política sobre la armonización del tributo no afectaría a 2021, sino a los ejercicios siguientes.
Curiosamente, las cifras de 2020 no recogen aún el incremento de herencias que se ha producido: según datos del Consejo General del Notariado, en 2020 hubo 299.132 herencias, es decir, un 6,8% menos que los 320.998 que se dieron en 2019. Sin embargo, esto es un efecto estadístico que se explica por el cierre de la actividad que se decretó entre marzo y julio, y que redujo considerablemente los legados comunicados.
«Todas las escrituras de cualquier tipo han bajado porque la primavera fue un trimestre atípico. Se priorizaron las operaciones urgentes y las personas no salieron de su casa por lo que quedaron paralizadas muchas operaciones. En el tercer trimestre hubo una gran subida por eso», explica desde Granada la vicedecana del Colegio Notarial de Andalucía y miembro de la Comisión de Deontología del Consejo General del Notariado, María Teresa Barea, quien añade que «desde que fallece una persona hasta que sus familiares realizan todos los trámites y los formalizan, pasa un lapso de tiempo». «La gente tiene en la cabeza un plazo de seis meses, pero ese es para los impuestos, la plusvalía municipal y Sucesiones», apunta.
Este parón de la actividad, unido al decalaje, explican que la estadística tarde en recoger los datos de 2020. Sin ir más lejos, la recaudación del impuesto de Sucesiones, según la ejecución presupuestaria mensual, recoge que cerró el año pasado en 2.141,6 millones, un 4,8% menos que en 2019, debido a este factor. A ello se le une que la plana mayor de las comunidades autónomas han aprobado aplazamientos para el impuesto ante la gravedad de la epidemia. «Casi todas las comunidades autónomas adoptaron medidas para ampliar o congelar los plazos de liquidación», señala Barea, por lo que «los hechos imponibles se aplazaron a finales de 2020 y principios de 2021». De hecho, en enero de 2021 los ingresos por Sucesiones y Donaciones se han duplicado frente al mismo mes de 2020, hasta los 157,8 millones de eu