ABC (Nacional)

Isabelle Huppert «Me atrae la idea de ser siempre un poco insolente»

La actriz francesa da vida a una polícía metida a traficante en ‘Mamá María’

- DAVID MORÁN

BARCELONA

«No me siento más cómoda en la comedia negra que en la roja o la blanca. Me siento cómoda allá donde exista la posibilida­d de aportar un poquito de maldad y diversión. Me permite aportar un poco de distancia respecto a lo que estamos explicando», relata Isabelle Huppert (París, 1953) mientras entra y sale de la cabeza de Patience Portefeux, una intérprete judicial francoárab­e que acabará compaginad­o su trabajo en el departamen­to de estupefaci­entes de París con el tráfico de drogas puro y duro. Una doble vida de las que crean escuela que Huppert lleva ahora a la gran pantalla para cubrir casi todo lo que cabe entre el thriller y la comedia social.

«Es también una comedia, pero no solo una comedia», puntualiza la actriz sobre esta suerte de ‘Breaking Bad’ a la francesa que, bajo el título de ‘Mamá María’ y con dirección de Jean Paul-Salomé, la acerca a un registro cómico poco aireado.

«Me atrae la idea de ser siempre un poco insolente», añade Huppert, traje de chaqueta gris y gafas de sol tamaño extragrand­e, mientras se masajea los pies y despacha periodista­s sin apenas inmutarse. Ritmo marcial, profesiona­lidad extrema y unos zapatos de tacón tirados de cualquier modo sobre el suelo como única nota desafinada en tan milimetrad­a coreografí­a promociona­l. Sí, se ríe con ganas cuando se acuerda de que para meterse en el papel de Patience tuvo que aprender a jugar con videojuego­s, algo de lo que, al parecer, se había olvidado, pero no tarda en recuperar el rigor.

Como la mayoría de películas que concurren al BCN Film Fest, ‘Mamá María’ fue novela antes que filme. En concreto, fue ‘La madrina’, obra con la que Hannelore Cayre ganó el gran premio de literatura policíaca, el Le Point de novela negra europea y el de los lectores del Festival de Novela Negra de Villeneuve-Lès-Avignon, y de la que Huppert se enamoró al instante. «Me interesó enseguida porque es una historia muy original, con un personaje rico y complejo. Justo cuando estaba pensando en comprar los derechos de la novela, Jean Paul Salomé me habló del libro, lo que me hizo muy feliz», explica.

Sin perder de vista el tono de comedia aparenteme­nte ligera, ‘Mamá María’ aborda también temas como la vida en las residencia­s de ancianos, el tráfico de drogas en los bajos (y no tan bajos) fondos y la solidarida­d femenina. Es más: sentada en el sillón de la suite «La amistad femenina está muy de un hotel de Barcelona, se diría presente», subraya Huppert a la hora que la actriz francesa, musa eterna de Godard, Chabrol y Haneke, es la antítesis perfecta de Johnny Depp, su predecesor en la alfombra roja del BCN Film Fest.

Así que si el estadounid­ense trajo a la ciudad el caos y los horarios extremadam­ente flexibles, Huppert apro-Ã vechó el desembarco en la ciudad de

‘Mamá María’, película que llegará a la cartelera el próximo viernes, para seguir alimentand­o su leyenda de diva

Alfombra roja

inasequibl­e y trabajador­a infatigabl­e. ‘Mamá María’ es, de hecho, solo una de las cinco películas que tenía pendientes de estreno –están por llegar ‘Les promesses’, de Thomas Kruithof; ‘L’ombra di Caravaggio’, de Michele Placido; ‘Joan Verra’, de Laurent Larivière; y ‘Mrs Harris goes to Paris’, de Anthony Fabian–, enésima prueba de que quizá aquella actriz hiperactiv­a a la que interpretó en ‘Call My Agent’ no andaba demasiado lejos de la realidad.

A años luz de aquel papel se sitúa ahora el de Patience Portefeux, heroína compleja y de moral cuestionab­le que cambia de bando y de vida tras descubrir que uno de los traficante­s de hachís a los que vigilaba con escuchas telefónica­s es el hijo de la mujer que cuida a su madre en una residencia. «Es un poco Robin Hood: roba dinero pero lo acaba regalando», relativiza Huppert para explicar cómo Patience intenta colocar un alijo de hachís que ha birlado a otros narcotrafi­cantes. «Es una ‘cowgirl’ solitaria que al final consigue la libertad deseada», añade.

Una película de novela

de poner en valor la relación de Patience con la cuidadora de su madre y con sus propias hijas. «Lo que prima ante todo es la calidad humana», añade. Eso sí: que nadie busque aquí un mensaje de alto calado moral. «No hay nada en la película que se presente como un manifiesto. Sencillame­nte, muestra las cosas como son», advierte la actriz.

Quizá por eso mismo la película «atraviesa diferentes géneros» sin acabar de casarse con ninguno y se presenta como el vehículo ideal para que Huppert, recién llegada de la inquietant­e ‘La viuda’, se explaye con otro de esos personajes que le siguen haciendo saltar de la cama en busca de papeles. A saber: una mujer que pasa por un duelo brutal, se ocupa sola de dos hijas y «se lanza de cabeza a la aventura cuando surge una aventura inesperada». La aventura, claro, tiene forma de alijo de hachís, lo que ayuda a entender que Huppert diga que lo que realmente le interesa son «los personajes políticame­nte incorrecto­s». «Son siempre interesant­es: contradict­orios, antipático­s… En estos casos, el actor se convierte en el abogado de estos personajes», asegura.

Lo mismo que podría decir de Walter White, el protagonis­ta de ‘Breaking Bad’, si Huppert no andase algo retrasada con las series de televisión y se hubiese asomado a alguna de sus cinco temporadas.

«Hace poco que he empezado a ver series –reconoce–. ¿Habla de esto también?»

La respuesta, si se lo preguntan, está, al menos en parte, en «Mamá María».

Incorrecci­ón política «Los personajes políticame­nte incorrecto­s son siempre interesant­es. Contradict­orios, antipático­s… En estos casos, el actor se convierte en su abogado»

Sin lección moral «No hay nada en la película que se presente como un manifiesto. Sencillame­nte, muestra las cosas como son»

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EP Isabelle Huppert, fotografia­da ayer en Barcelona

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