Israel se quita la mascarilla: «Esto parece otro planeta, otro mundo»
► Con más de la mitad de la población vacunada, el país retoma cierta normalidad pre-Covid
«Es como viajar a otro planeta, no me lo puedo creer. Allí las cosas están tan mal y aquí ya se ha recuperado la normalidad, alucinante. Otro planeta, otro mundo». Lorenzo camina por las calles del mercado de Mahane Yehuda con una cara mezcla de felicidad e incredulidad. Acaba de regresar de Argentina y el recibimiento en Jerusalén es el día en el que se levanta la obligatoriedad del uso de la mascarilla en espacios abiertos. Desde que el jueves el Ministerio de Salud anunciara el final de esta restricción, la gente tenía ganas de que llegara el día y, cuando llegó, los primeros momentos fueron de incertidumbre. La felicidad de Lorenzo contrastaba con la prudencia de Zvi, que seguía usando un pañuelo para cubrir boca y nariz. «Vamos a necesitar tiempo para perder el miedo, sobre todo en lugares muy frecuentados como los mercados. De momento, voy a seguir cubriéndome», dice.
Los vendedores del mítico mercado de la parte Occidental de la ciudad, feudo tradicional del Likud, no tenían dudas a la hora de hablar del «milagro» de la vacunación en Israel y apuntar a ‘Bibi’ (apelativo cariñoso para referirse a Benjamín Netanyahu) como su «salvador»: «Gracias a él hemos conseguido las vacunas y nos hemos quitado las mascarillas».
El cambio en la normativa se produce tras cuatro meses de vacunación masiva que ha logrado rebajar los contagios diarios de 10.000 a menos de doscientos. El ministro de Salud, Yuli Edelstein, fue el encargado de adelantar la medida y señaló que «la tasa de infección es muy baja y esto permite una relajación de las restricciones. Pido, sin embargo, que se siga usando una mascarilla en espacios cerrados».
La campaña de vacunación arrancó el 19 de diciembre con la primera dosis de Pfizer administrada al primer ministro, Benjamín Netanyahu, un político cuya perseverancia ha sido clave para el éxito. De los 9,3 millones de habitantes, 5,3 millones ya han sido inmunizados «y calculamos que otro diez por ciento ha superado la enfermedad y generado anticuerpos. La vacuna funciona y no podíamos tener a nueve millones de personas usando mascarillas al aire libre cuando los contagios son menos de 200 al día», opina el profesor Eyal Leshem del Sheba Medical Center (SMC).
El profesor Eran Segal, del Instituto Weizmann, recurrió a las redes sociales para compartir su idea de que «volvemos a la vida pre-Covid». Segal repasó los datos de los últimos meses en Israel donde «desde el pico de la pandemia a mediados de enero, hay un 98% menos de casos, un 93% menos de pacientes en estado crítico, un 87% menos de muertes, el 85% de los jóvenes de 16 años han sido vacunados o han superado la enfermedad. Es hora de levantar las restricciones».
Los tres confinamientos nacionales y el cierre de fronteras no fueron suficientes para controlar un virus que ha dejado hasta el momento 6.316 muertos. La vacuna es la clave que explica la vuelta a la normalidad y algunos expertos apuntan a que se aproxima a la inmunidad de grupo. El profesor Cyrille Cohen, de la Universidad de Bar-Ilan, defiende en el diario ‘The Jerusalem Post’ que «la inmunidad grupal está próxima porque incluso después de tantas aperturas como las de Purim y Pesaj (la semana santa judía), la tasa de reproducción del virus se ha mantenido entre 0,7 y 0,8». Cuando la R, la tasa de reproducción, está por debajo de uno se considera que la enfermedad está en recesión.
A la espera del turismo
La pandemia obligó a Ido Kappach a cambiar de negocio. El responsable de Jerusalem Tours, una de las agencias con más movimiento de la ciudad, vende ahora flores y vino a la espera de que las autoridades reabran las fronteras a turistas extranjeros vacunados. «Dejar la mascarilla es una muy buena noticia, ahora el siguiente paso debe ser permitir que vuelva el turismo al país, eso sí, todos vacunados y con el Pase verde que certifique la inmunidad», opina Kappach en
plena calle Yafa. A partir del 23 de mayo podrán viajar los primeros grupos, que estarán formados por viajeros vacunados. El cierre de fronteras se ha mantenido durante meses y solo se permitía el acceso al país a israelíes o residentes para evitar la entrada de nuevas cepas del virus.
Pero el éxito de vacunación en Israel contrasta con la situación en los territorios palestinos, donde la tercera ola golpea con fuerza y por primera vez desde el inicio de la pandemia los hospitales están colapsados. Israel ha donado 2.000 vacunas de Moderna a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y ha inmunizado a 110.000 trabajadores palestinos que cada día cruzan el muro o entran en los asentamientos de Cisjordania, también con Moderna, pero no ha mostrado disposición alguna en ayudar en la vacunación de los territorios ocupados.