No se podrá obligar a jubilarse antes de los 68 años
Quienes se retiren con menos de 38 años y seis meses cotizados serán penalizados Las críticas del Pacto de Toledo obliga a Escrivá a reunirse hoy con los agentes sociales El ministro desea que los autónomos coticen por sus ingresos reales desde 2022
Las autoridades europeas miran con especial atención a las pensiones, uno de los principales problemas a los que se enfrenta la economía, y también uno de los cambios más delicados por el impacto que puede provocar en un goloso electorado de nueve millones de votantes. El Gobierno sabe que está sobre un campo de minas, y por ello busca como aliados a empresarios y sindicatos, que llevan meses negociando sin éxito una reforma de castigos y premios que deberá estar lista en breve para así recibir los fondos europeos, 140.000 millones para reactivar la economía.
El ministro de Seguridad Social ha puesto ya sobre la mesa de negociación varios documentos. El último de ellos, al que ha tenido acceso ABC, introduce importantes novedades respecto a los anteriores.
Una de ellas se refiere a las cláusulas de retiro forzoso que incluyen los convenios. Así, la negociación colectiva no podrá obligar al trabajador a jubilarse con menos de 68 años.
Y se establece un régimen transitorio de un año para las cláusulas que han sido pactadas antes de que entre en vigor la reforma de pensiones.
La idea inicial de José Luis Escrivá era prohibir, sin acotación alguna, la jubilación forzosa en los convenios para así favorecer la prolongación de la vida laboral, pero el rechazo de la CEOE abrió la puerta a que el ministro dejara la decisión en manos de los agentes sociales. La figura de la jubilación forzosa fue recuperada por el Gobierno en 2018 tras las reiteradas peticiones de la patronal, después de que hubiera sido prohibida por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2012, en plena crisis financiera.
El texto remitido por la Seguridad Social a los agentes sociales el 9 de abril también detalla cómo serían los castigos aplicados a aquellos trabajadores que voluntariamente se jubilen antes de la edad legal de jubilación, ahora en 66 años, y cómo serían los premios por alargar el tiempo del trabajo. Son medidas de recorte y ahorro que buscan entorpecer el acceso al retiro y favorecer que los trabajadores sigan en activo como fórmula de ahorro para el sistema. Y para ello el ministro quiere aplicar la teoría del ‘palo y la zanahoria’.
Un ‘palo’ del 30%
El ‘palo’ será aumentar los coeficientes reductores en la pensión hasta el 21% en el caso de las carreras de menos de 38 años y seis meses cotizados, para ir bajando progresivamente hasta el 3,26%. Ahora, si un trabajador decide retirarse dos años antes de la edad legal de jubilación, tiene una reducción máxima de su pensión del 16% (que progresivamente va bajando hasta el 2%). Es decir, el alza sería del 30% y la idea del titular de la Seguridad Social es ampliar el ‘palo’ en un periodo transitorio de seis años. La ‘zanahoria’ sería premiar a aquellos que decidan mantenerse en su empleo después de la edad legal de retiro. El ministro ha propuesto abonar un cheque que se cobraría de una sola vez de casi 11.000 euros (en el caso de las rentas más altas con bases máximas de cotización) por cada año que se retrase la jubilación. Y para el caso de que el trabajador haya cotizado al menos 44,5 años o más, esta prima alcanzaría los 12.060 euros por cada año de retraso. Según las cifras que maneja la Seguridad Social, en una pensión de 9.569 euros (683 euros al mes) este pago único sería de 4.786 euros, y de 5.265 con más de 44,5 años cotizados. Para una pensión media de 20.000 euros al año, este premio sería de 7.482 y 8.230