Muere el presidente del Chad en combate con los rebeldes
El hijo de Idriss Déby, en el poder desde 1990, asume el mando para «liderar la transición»
El presidente de Chad, Idriss Déby, murió ayer a los 68 años de edad después de resultar herido en los enfrentamientos armados del norte del país con las milicias rebeldes del Frente para la Alternancia y la Concordia en Chad (FACT). La muerte de Déby ha tenido lugar escasas horas después de que revalidara su mandato por un 80% de los sufragios. Un consejo militar, liderado por su hijo, el general Mahamat Déby, pilotará la transición del país en los próximos 18 meses.
En pleno éxito electoral, el fallecido líder chadiano había acudido a los choques armados del norte del país como un guerrillero más. Déby, que a lo largo de su mandato se ha considerado más partisano que político tradicional, ha gobernado el país, situado en África Central, al sur de Libia, durante los últimos 31 años favoreciendo los intereses tanto de su familia como los de la etnia zaghawa.
Aliado clave
Déby llegó al poder tras liderar un golpe de Estado exitoso contra el régimen de Hissene Habré, condenado a cadena perpetua en 2016 por crímenes contra la humanidad durante su mandato al frente de Chad entre 1982 y 1990.
Desde entonces, Déby ha ganado cada una de las elecciones a las que se ha presentado y además enmendando en dos ocasiones la Constitución para poder seguir presentándose a las urnas. En en 2005 se presentó para poner fin al límite de dos mandatos, reimpuestos en 2018, sin que le afecten, por lo que podría seguir en el cargo hasta 2033.
A lo largo de los últimos años, el régimen de Yamena ha sido acusado de violar sistematicamente los derechos humanos. Este fue particularmente el caso en la década de los noventa, cuando su Guardia Republicana y la policía política fueron acusadas de cometer asesinatos masivos.
La fortaleza de Déby se asentó en el formidable ejército de Chad, que utilizó para asegurar el control nacional y sus alianzas externas.
Con la destrucción de Libia tras las primaveras árabes, Chad es considerado como un actor clave en el tablero africano, aliado crucial en la lucha contra los yihadistas en el Sahel, lo que le ha permitido tejer unas alianzas con países occidentales que le han dado apoyo y financiación fundamental para mantenerse en el poder.
En 2013, desplegó dos mil soldados en el norte de Malí para participar en una misión dirigida por Francia para hacer retroceder a los combatientes vinculados a Al Qaida, lo que convirtió a Chad en el único país africano en desplegar rápidamente una fuerza de combate eficaz.