El remitente de la navaja se cree un agente secreto que envía informes
El vecino de El Escorial que envió un sobre con una navaja a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, demostró ayer en su declaración ante la Policía y la Guardia Civil que solo es un enfermo mental completamente inofensivo. Carece de adscripción política y tampoco es familiar de ningún líder de Vox ni de otro partido: «Es completamente falso, aseguran a ABC». Según fuentes conocedoras de la declaración, se trata de un hombre que cree ser agente secreto, aunque también «detective y abogado internacional». Se dedica a enviar lo que él considera «informes de Inteligencia con distintas advertencias» que son totalmente incoherentes e ininteligibles. Tiene ‘achicharradas’ a las embajadas con sus sobres. Durante su declaración se procedió a la apertura del paquete que había enviado a la embajada de Turquía a nombre del presidente Recep Tayyip Erdogan y que fue interceptado. Contenía un libro subrayado y con dibujos que no se entienden, además de unas hojas sueltas escritas con un discurso incoherente. Declaró que este «informe» lo envió a la embajada turca por el reciente «reconocimiento del genocidio armenio».
Nada de lo que remite es una amenaza y siempre pone su nombre y dirección reales. «Jamás envía anónimos», informan a este diario. Desconocía los envíos de las balas y, de hecho, la pequeña navaja –que solía llevar en sus paseos por el campo– no
Asustado y pide perdón No tiene relación alguna con la política y la navaja era por el ‘informe Navajas’
la remitió para asustar a la ministra Maroto, sino «por el informe Navajas», elaborado en 1989 por el entonces fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa, Luis Navajas, y que denunciaba la existencia de una serie de mandos de la Guardia Civil presuntamente relacionados con el narcotráfico. Los CD no eran para camuflar la navaja en el escáner, sino que, según relató en su declaración, «contienen información». «Es un hombre pacífico y entrañable que debería estar internado en un centro», declara a ABC una persona que lo conoce. Sus vecinos lo saludan